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Oncólogo revisando una radiografía

Oncólogo revisando una radiografíaFreepick

Las citas oncológicas se disparan un 30 % en los últimos cuatro años

La investigación y los avances médicos están ofreciendo un horizonte más esperanzador

El cáncer continúa siendo una de las enfermedades más extendidas, a pesar de los importantes progresos en su tratamiento y cura. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres será diagnosticado con cáncer a lo largo de su vida. A esto se suma un dato preocupante: entre 2021 y 2024, las consultas de oncología aumentaron un 29 %, según cifras del grupo tecnológico Top Doctors Group.

Una tendencia que genera especial alarma entre los especialistas es el incremento de casos de cáncer en adultos jóvenes. En España, la SEOM ha registrado un crecimiento del 3 % anual en pacientes menores de 45 años.

Según explica el doctor Carlos Cabrera Gálvez, oncólogo y fundador de UOMi Cancer Center, perteneciente a la Clínica Mi Tres Torres de Barcelona, centro adscrito a Top Doctors Group, «el tipo de cáncer con mayor incidencia entre las personas jóvenes es el cáncer de colon, tanto en hombres como en mujeres». Añade que «en mujeres, el cáncer de mama está experimentando un aumento de incidencia, según reportes a nivel mundial». También se observa un incremento en casos de cáncer papilar de tiroides, carcinoma renal y cáncer de páncreas en este grupo etario.

Entre los factores que podrían estar contribuyendo a esta tendencia, el doctor Cabrera señala el sedentarismo, la obesidad, una dieta basada en productos ultraprocesados y azúcares, el consumo de sustancias tóxicas, la exposición a agentes ambientales nocivos y los desequilibrios en la microbiota intestinal.

La investigación y los avances médicos están ofreciendo un horizonte más esperanzador. En Estados Unidos y la Unión Europea se está invirtiendo considerablemente en ensayos clínicos, acceso a fármacos innovadores y desarrollo de nuevas fórmulas terapéuticas, como medicamentos orales, intravenosos o subcutáneos, con mejores resultados que la quimioterapia tradicional. Además, se detecta una mayor sensibilización social respecto a los chequeos preventivos, lo que permite identificar casos de cáncer en fases más iniciales.

El doctor Rafael Ordóñez Marmolejo, oncólogo del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga y miembro de Top Doctors Group, indica que «si bien es cierto que los adultos jóvenes no están bien representados en los ensayos clínicos, la evidencia científica apunta a que tienen una biología diferente... Esto nos obliga a adaptar los tratamientos sistémicos que administramos al perfil molecular y hormonal del tumor». También destaca la importancia de atender las secuelas a largo plazo, como los efectos cardiovasculares, neurológicos o la aparición de neoplasias secundarias.

Por su parte, el doctor Cabrera prevé que «en el futuro el diagnóstico de cáncer podría realizarse en estadios más tempranos de la enfermedad... gracias a la modernización de múltiples estudios realizados en test sanguíneos poco invasivos». A esto se sumaría el papel de la inteligencia artificial, que facilitará la detección de alteraciones radiológicas asociadas al cáncer mediante técnicas como la tomografía computarizada o la resonancia magnética.

Desde el ámbito psicológico, la figura del psicooncólogo es esencial para el acompañamiento emocional. Olga Albaladejo, especialista en este campo y miembro de Top Doctors Group, explica que «en jóvenes, el diagnóstico irrumpe en una etapa que debería estar centrada en construir. Por ello es importante validar las emociones sin intentar forzarse a «ser fuerte» y elegir a las personas con las que se quiere compartir el momento».

Asimismo, los familiares y allegados también atraviesan cambios emocionales profundos. Albaladejo señala que «a la hora de acompañar a un paciente con cáncer es importante preguntar «¿cómo te puedo ayudar hoy?», en lugar de suponer lo que el otro necesita».

Finalmente, el proceso oncológico está marcado por múltiples duelos, incluso antes del fallecimiento, derivados de pérdidas físicas, vitales o simbólicas. Para afrontarlos, concluye Albaladejo, es clave «validar el dolor de lo perdido... y ofrecer herramientas para resignificar la experiencia sin forzar una visión positiva».

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