Magdalenas
Unas magdalenas españolas, posible causa de positivos en test de alcoholemia en Francia
Una explicación más plausible podría estar en una técnica industrial común: la vaporización de alcohol como método de conservación
Jean, un estudiante que trabajaba para un agricultor local, dio positivo en un control de alcoholemia realizado por su empleador justo después de consumir una magdalena antes de empezar su jornada. El resultado marcó 0,05 mg/L de alcohol en aire espirado, una cantidad baja pero suficiente para encender las alarmas.
El caso llamó la atención tanto por lo inesperado como por las posibles implicaciones legales y laborales. Mientras se esperan los resultados de laboratorio sobre el contenido exacto de las magdalenas, elaboradas por la empresa española Productos Arenas y distribuidas en Francia, el medio francés 20 Minutes consultó a expertos en seguridad alimentaria para esclarecer lo ocurrido. Aunque algunos alimentos pueden contener trazas de alcohol de forma natural, los especialistas descartan que una fermentación espontánea entre azúcares y levaduras pudiera haber sido la causa, ya que no generaría el nivel de alcohol detectado.
Una explicación más plausible podría estar en una técnica industrial común: la vaporización de alcohol como método de conservación, utilizada por sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Sin embargo, la empresa fabricante niega rotundamente que utilice este tipo de aditivos. «No usamos ingredientes con alcohol, estamos investigando este caso como algo completamente aislado», afirmó un portavoz de Productos Arenas, quien además subrayó que siempre han cumplido con los estándares de seguridad alimentaria.
Este incidente ha reabierto el debate sobre los falsos positivos en controles de alcoholemia provocados por el consumo de ciertos productos. Además de magdalenas, existen otros alimentos capaces de alterar temporalmente los niveles de alcohol detectables: caramelos o bombones con licor, frutas muy maduras, alimentos fermentados o incluso el pan con semillas de amapola. También algunos medicamentos de uso común, como jarabes para la tos, tratamientos para el resfriado o inhaladores, pueden contener alcohol como excipiente.
Ante este tipo de situaciones, los expertos en seguridad vial aconsejan esperar al menos 15 minutos tras consumir alguno de estos productos antes de someterse a una prueba de alcoholemia. En la mayoría de los casos, el efecto es pasajero y desaparece al poco tiempo, evitando así consecuencias injustas por un simple bocado.