A las siete semanas y media de vida, el embrión ya puede juntar sus manos, emergen los dedos de las manos y de los pies, y aparecen sus primeros hipos.
A principios de la novena semana, habiendo crecido de una sola célula, el embrión ya tiene alrededor de un billón. Ya se le puede llamar feto. En esta etapa ya puede chuparse el dedo, tragar, agarrar objetos, tocarse la cara, suspirar y estirarse. Sus músculos han madurado.