Un mosquito tigre, especie presente en España
España, en riesgo de vivir un verano «crítico» de plagas
Las altas temperaturas de junio y las lluvias de la primavera son combinación letal que puede provocar más posibilidades de zoonosis
Las altas temperaturas del mes de junio, unidas a las fuertes lluvias de la primavera, pueden suponer «la tormenta perfecta», según la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECLPLA), para que las plagas de insectos «crezcan a la velocidad del rayo» este verano.
Esta asociación cree que este verano «España sufrirá un repunte crítico» de un aluvión de cucarachas, garrapatas, avispas, mosquitos o chinches.
El director general de ANECPLA, Jorge Galván, cree que será un verano duro «porque a las condiciones climáticas se le suma que con la pandemia se han dejado de llevar a cabo muchos tratamientos de prevención y mantenimiento».
Posibilidad de zoonosis
Los expertos alertan que el verdadero riesgo de estas plagas está en, que según se incrementan, aumentan proporcionalmente las posibilidades de transmisión de zoonosis, es decir, enfermedades que se transmiten entre animales y el hombre.
Enfermedades graves que hasta hace no mucho eran ajenas en España, han empezado a registrar importantes brotes, dice este organismo, como es el caso por ejemplo de la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, transmitidas ambas por las garrapatas.
El mosquito común, cuya especie se ha visto exponencialmente aumentada en los últimos años en las zonas de marismas del Guadiana, es el causante de la fiebre del Nilo Occidental, que acabó con la vida en 2020 de ocho personas.
Fiebre del Nilo Occidental
La Fiebre del Valle del Nilo Occidental (FNO) o West Nile Fever (en inglés) es una zoonosis causada por determinadas cepas del virus del Nilo Occidental (VNO) que se transmite por mosquitos, según el Ministerio de Agricultura.
Los seres humanos y los équidos se consideran huéspedes finales del virus por lo que no transmiten la enfermedad, pero sí que la padecen.
Los seres humanos y los équidos se consideran huéspedes finales del virus por lo que no transmiten la enfermedad, pero sí que la padecen.
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