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19 de mayo de 2024

El mapa que muestra la diferencia de temperatura del agua en función de la costa

El mapa que muestra la diferencia de temperatura del agua en función de la costaECMWF

La variación de temperatura del agua en función de la zona de España: hasta 16 grados de diferencia

Las costas del Mediterráneo tienen valores más altos que las del Cantábrico, pero el calentamiento de este último es asimismo evidente

Es verano y la mayoría de la población acude a las playas para relajarse y refrescarse en plena canícula. España cuenta con 7.905 kilómetros de costa, que se extienden por 25 provincias diferentes. El ciudadano español tiene, por tanto, dónde elegir para disfrutar de unos días de sol y playa, pero las condiciones climáticas cambian en función de un sitio u otro.
La temperatura, sin ir más lejos, puede diferir en más de 20 grados. Estos días pasados en los que se ha vivido la tercera ola de calor del verano se registraron valores de 45 grados en Gerona o 40 en Baleares, muy distanciado de los 20 o 25 grados de los que disfrutaban en puntos del Cantábrico como Gijón o San Sebastián.
Pero estas diferencias no solo afectan a la temperatura del aire: en el agua también hay variaciones. El mar Mediterráneo siempre se ha caracterizado por tener una temperatura superior, pero este año están registrando valores más altos de lo habitual.
Así lo advirtió la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) el pasado mes, cuando indicó que las aguas del mar circundantes a España estaban más calientes de lo normal para la época del año. Mientras que en el Mediterráneo y Canarias se han dado datos entre 2,5 y 3,5 grados por encima de lo habitual, las grandes diferencias se dan en el Cantábrico, con 4 ºC más.

De los 15 ºC de Vigo a los 28 de Sagunto

Atendiendo a los datos de las temperaturas recogidos esta semana, aquellos que les guste darse un chapuzón verdaderamente refrescante en aguas frías deberán acudir a la provincia de Pontevedra. En las playas de Vigo o de las Islas Cíes el agua está a 15-16 grados. Algo más cálidas, pero no mucho, están en La Coruña o Ferrol, con unos 17 grados que todavía podrían ahuyentar a más de uno.
La cosa va cambiando cuanto más al este del Cantábrico nos vayamos: en las playas asturianas de Salinas o Gijón se alcanzan unos llamativos 18-19 grados, que se convierten ya en 21 ºC si nos vamos a Llanes –al oriente de la región–. Tanto en Cantabria como en País Vasco, la temperatura del agua es de 22 ºC, acercándose a los valores de algunas zonas mediterráneas.
Precisamente en esta zona los datos se disparan: en Sagunto el mar está a 28 ºC, en Castellón y Oropesa a 27 y en Gandía o Cullera a 26. Por el contrario, en la Costa Brava los valores son similares a los del Cantábrico oriental: 22 grados. Una cifra que se repite o aumenta hasta los 24 grados en el resto de la costa catalana.
En el caso de Andalucía, sus aguas van desde los 22 grados de las playas de Huelva y Cádiz a los 23 ºC de las malagueñas. En la Costa Tropical de Granada la temperatura baja a los 22, pero en las playas almerienses vuelve a ascender hasta los 24 grados.
Asimismo, el portal Meteored ha anunciado que la boya de Dragonera, en las Islas Baleares, ha registrado una temperatura de 29 ºC, «la más alta desde que comenzó el verano». A su vez, la boya de Cabo de Palos, en Murcia, marca una temperatura de 27,87 ºC, habiendo alcanzado un máximo de 28,80 ºC el domingo». Unas cifras altas, en muchos casos récord, que muestran el evidente ascenso térmico de las aguas que rodean España.

Máximo histórico

Estos valores hacen que las aguas españolas hayan alcanzado un máximo histórico para esta época, tal y como ha informado la Aemet. Según sus lecturas, la temperatura del mar alcanzó una media de 24,6 °C a mediados de julio, unos 2,2 grados más de lo normal para la temporada.
Una cifra que supera «ampliamente los registros de los dos años previamente más cálidos», 2015 (24 °C) y 2022 (23,7 °C) y que no tiene «precedentes a mediados de julio en toda la serie histórica» que se inició en 1940, indicó la Aemet en Twitter. Esta situación, en un contexto de calentamiento global de los océanos, es aún más preocupante toda vez que el verano está lejos de terminar, según afirmó un portavoz de la Aemet, Rubén del Campo.
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