Foto de un viñedo
Cuando el vino apaga el fuego: los viñedos, una solución natural contra los incendios
El verano de 2025 ha sido uno de los más devastadores en materia de incendios forestales. Solo en agosto, el fuego arrasó 336.345 hectáreas en España. Galicia fue la comunidad más castigada, con 143.628 hectáreas calcinadas, seguida de Castilla y León (141.264) y Extremadura (41.525).
Tras esta oleada de incendios, las autoridades y expertos buscan ahora entender las causas de su virulencia y, sobre todo, cómo evitar que se repita una tragedia similar. La prevención y la extinción siguen siendo los dos pilares fundamentales, aunque cada vez resulta más urgente explorar nuevas fórmulas y estrategias que permitan aplicarlos con eficacia.
Uno de los cultivos que se encuentra en la mirada de los expertos es la vid. La plantación de vides ya se ha demostrado como una de las mejores defensas frente a un incendio forestal. Así ocurrió este pasado verano en la comarca de Valdeorras, en Orense, cuando se evidenció que los viñedos habían salvado pueblos enteros del fuego.
Este hecho se ha vuelto a demostrar en el concejo de Cangas del Narcea, en Asturias. En el paraje de Moure, situado en la localidad asturiana, se declaró un incendio el pasado viernes en una zona boscosa cercana a la villa canguesa, pero los viñedos evitaron su propagación. Así lo muestran las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) en sus redes sociales con una imagen donde se ve el terreno calcinado sin haber afectado a las vides.
«Una viña que ha visto el fuego y ha sobrevivido. En el paraje de Moure. La importancia del trabajo de la tierra», compartió la bodega Monasterio de Corias en sus redes sociales. El incendio, según recoge La Nueva España, alcanzó parcialmente algunas cepas, que por suerte ya habían sido vendimiadas. Aun así, la plantación permaneció intacta en medio del terreno calcinado, un testimonio vivo de la resistencia del viñedo.
¿Por qué la vid frena el fuego?
La vid actúa como freno natural frente al fuego por varias razones técnicas. En primer lugar, tanto la planta como el suelo que la rodea mantienen un nivel de humedad superior al del matorral seco o los pinares resinosos, lo que dificulta su combustión. Además, el manejo del viñedo contribuye a esta resistencia: los suelos están trabajados, despejados de maleza y las cepas reciben riegos o rocíos que ayudan a conservar la frescura del entorno. Este tipo de cultivo genera también un paisaje en mosaico, donde la alternancia entre viñedos, campos y zonas de monte crea discontinuidades que dificultan la propagación del fuego.
Igualmente, los viñedos facilitan el acceso a los equipos de emergencia y crean interrupciones en el material combustible, por lo que disminuye la intensidad del fuego en zona de interfaz entre áreas urbanas y naturales. Además de todo ello, desde Redpac destacan que los viñedos mejoran el valor ambiental del paisaje, abren nuevas oportunidades de mercado y promoción para el vino y refuerzan el tejido rural frente a la despoblación.
En un mundo rural cada vez más despoblado y con grandes extensiones forestales abandonadas, el viñedo se revela no solo como un motor económico ligado al territorio, sino también como un aliado medioambiental de primer orden, capaz de proteger el paisaje y mitigar los efectos devastadores de los incendios.