Ejemplar de avispa asiática
El peligro mortal de la avispa velutina, una especie invasora que ya se ha expandido por buena parte de España
También llamada avispa asiática, entró en nuestro país en 2010 y no ha hecho más que extenderse, dejando varias víctimas mortales a su paso
La avispa velutina o avispa asiática ha vuelto a ser noticia estos días tras causar la muerte a un concejal del PP de 76 años del municipio de Irijoa, en La Coruña. El hombre sufrió varias picaduras mientras desbrozaba con un tractor, ante lo que los servicios de emergencia no pudieron hacer nada. Este suceso se produce tan solo unos días después de que en otro municipio gallego, en este caso el pontevedrés Dozón, muriera otro varón de 79 años en similares circunstancias.
Esto pone en el foco a una especie invasora que se ha ido expandiendo por buena parte del país desde su entrada, en el año 2010. Esta se produjo, según informa el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) en un informe, en Amaiur/Maya, población de la comarca Navarra del Baztán, procedente de Francia. Su aspecto es más oscuro en comparación a las avispas autóctonas de nuestro país, con la cabeza negra, la cara amarilla-anaranjada y las patas de color anaranjado en su tramo final. Su tamaño oscila entre los 17 y los 32 milímetros de largo.
La Vespa velutina es un avispón nativo del sureste asiático, y su rango de distribución natural incluye Bangladés, Bután, China, India, Indonesia, la República de Corea, Laos, Malasia, Birmania, Tailandia y Vietnam. El origen de su llegada aún no se conoce con certeza. No obstante, los datos recopilados apuntan a que una o varias reinas hibernantes podrían haber sido introducidas de forma accidental desde China, posiblemente a bordo de un barco de mercancías que llegó a Burdeos en 2004. Desde entonces, la expansión del avispón asiático en el país vecino ha sido muy rápida.
El notable éxito del avispón asiático en su multiplicación y expansión por el territorio europeo se explica por diversos factores: la coincidencia de condiciones climáticas favorables (en cuanto a temperatura y precipitaciones), la abundancia de fuentes de alimento –principalmente las colonias de abejas Apis mellifera, que carecen de mecanismos defensivos eficaces frente a esta especie invasora– y la falta de depredadores o competidores naturales capaces de limitar su elevada tasa de reproducción.
Esta invasión genera impactos en múltiples ámbitos. En el socioeconómico, ocasiona pérdidas importantes en la apicultura y en la agricultura, afectando especialmente a la fruticultura. En el plano de la biodiversidad, representa una amenaza para las abejas y otros insectos polinizadores. Y en el ámbito de la salud pública, supone un riesgo añadido por las picaduras, que pueden resultar especialmente peligrosas para las personas alérgicas.
La Estrategia para la gestión, control y posible erradicación del avispón asiático en España fue aprobada por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad el 14 de noviembre de 2014, y posteriormente ratificada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente el 16 de abril de 2015. Este documento establece un conjunto de acciones comunes orientadas al control y, en la medida de lo posible, a la erradicación de la especie en el territorio español, basándose en la experiencia y el conocimiento acumulado en aquellas comunidades autónomas donde la velutina ya se encuentra presente.
Así es la picadura
Desde Zotal laboratorios destacan que la picadura de avispa asiática es grave solo en un pequeño porcentaje de casos, especialmente si la persona que ha sido atacada tiene alergia a este veneno. Esta picadura puede ser repetitiva en una misma persona, a diferencia de las picaduras de abeja que solo pueden picar una vez.
La avispa asiática no es una especie más agresiva con los humanos que otras avispas, aunque, como ocurre con todas ellas, es importante adoptar ciertas medidas de precaución, especialmente al comer al aire libre o realizar trabajos manuales en el exterior, como labores de jardinería o agrícolas, ya que podríamos acercarnos accidentalmente a un nido y provocar un ataque. Para evitar incidentes, se recomienda no realizar movimientos bruscos, no molestarlas ni intentar capturarlas, y mantenerse a más de cinco metros de los nidos, ya que las obreras podrían ponerse en alerta y atacar en grupo. También conviene no caminar descalzo en zonas exteriores, evitar comer al aire libre y prescindir de perfumes o lacas, ya que los olores intensos atraen a estos insectos.
Su picadura provoca un dolor agudo acompañado de un intenso escozor, similar al de una quemadura, que puede prolongarse durante unas 24 horas y suele ir acompañado de una inflamación visible en la piel. Uno de los principales riesgos de este tipo de picadura es que, al atacar, las avispas liberan una feromona que incita al resto de la colonia a sumarse a la agresión. En caso de reacción alérgica, pueden presentarse síntomas como urticaria, picor, ansiedad y malestar general; inflamación de las mucosas, dolor abdominal, náuseas, vómitos o mareos; dificultad para respirar, tragar o hablar; y, en los casos más graves, hipotensión, colapso, coloración azulada de la piel o incluso pérdida de conocimiento.
Para tratar la picadura, se recomienda aplicar frío sobre la zona afectada con el fin de disminuir la inflamación y aliviar el dolor. También puede emplearse un paño, compresa o algodón empapado en vinagre como remedio casero. Si el dolor es intenso, se pueden usar cremas con corticoides o tomar antihistamínicos orales, siempre siguiendo las indicaciones médicas. En caso de reacción alérgica o síntomas graves, es fundamental acudir de inmediato a un servicio de urgencias.