
Un agente de movilidad controla el tráfico durante el apagón en la zona de IFEMA
Apagón
Las declaraciones que hizo la ministra de Defensa austriaca en 2021 sobre los motivos de un apagón masivo
Ya en 2021, la entonces ministra de Defensa de Austria, Klaudia Tanner, alertaba públicamente sobre la posibilidad de un gran apagón que podría afectar a Europa en un plazo de cinco años
Ya en 2021, la entonces ministra de Defensa de Austria, Klaudia Tanner, alertaba públicamente sobre la posibilidad de un gran apagón que podría afectar a Europa en un plazo de cinco años. En una comparecencia ante los medios, Tanner ofreció consejos a la ciudadanía para prepararse ante un escenario que, según los informes de seguridad, representaba una de las amenazas más serias para el continente tras la pandemia de coronavirus.
El informe anual Sicher, und Morgen?, elaborado por investigadores especializados en riesgos estratégicos, señalaba que un «blackout» —una falla generalizada de energía, infraestructuras y suministros— se perfilaba como el segundo mayor peligro a corto plazo para Europa, solo superado por las consecuencias de la crisis sanitaria.
La advertencia no era infundada. Austria había sufrido ya un apagón importante en enero de 2021, un precedente que subrayaba la vulnerabilidad de los sistemas energéticos nacionales e internacionales.
Factores que podrían influir en un apagón
El origen del apagón actual podría responder, como adelantaban los expertos en 2021, a una combinación de factores que ya fueron identificados en aquel informe y que, lejos de resolverse, se han intensificado en los últimos años.
- Crisis de recursos y mantenimiento atrasado: Durante la pandemia, la paralización parcial de la actividad económica provocó un exceso de electricidad en el mercado, afectando la disponibilidad de materias primas y retrasando los trabajos de mantenimiento en infraestructuras críticas. Se aplazó además el cierre de numerosos reactores nucleares, comprometiendo la planificación energética de varios países.
- Vulnerabilidad ante fenómenos naturales y sabotajes: La caída del nivel de los ríos ha reducido la capacidad de producción de las centrales hidroeléctricas y de enfriamiento de las térmicas. Episodios de sabotaje, como el registrado en una línea de alta tensión en Suiza, han evidenciado la fragilidad de las redes eléctricas europeas.
- El cierre de centrales clave: El apagado progresivo de las últimas centrales nucleares alemanas y la clausura de varias plantas de carbón en Polonia y nucleares en Francia han mermado la capacidad de generación en un contexto de creciente demanda.
- Dependencia de las interconexiones eléctricas: Según las previsiones europeas, para 2025 el 70 % de las conexiones eléctricas transfronterizas deberían estar destinadas al comercio energético. Aunque esta interconexión facilita el intercambio entre países, también aumenta el riesgo de propagación rápida de una interrupción, como la que actualmente afecta a la Península Ibérica.
- La falta de capacidad de almacenamiento y la dependencia de un suministro eléctrico cada vez más volátil se han combinado finalmente en el escenario temido: un apagón de gran magnitud que pone a prueba la resiliencia de las infraestructuras y la cooperación europea en materia energética.