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La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Seguridad Social, Yolanda DíazEuropa Press

Los motivos de Yolanda Díaz para inspeccionar a Amazon por «vigilancia no consentida» a sus trabajadores

La vicepresidenta segunda ha elevado el pulso con Amazon al denunciar un «modelo extractivo» basado en datos y una «vigilancia no consentida» sobre los trabajadores

Lvicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha viajado hasta Los Ángeles para elevar el pulso que ya tiene en España con Amazon. Díaz ha denunciado un «modelo extractivo» basado en datos y una «vigilancia no consentida» sobre los trabajadores de sus plantas.

La ministra ha lanzado una campaña específica de la Inspección de Trabajo para escrutar el control algorítmico en grandes tecnológicas en España. Son las sanciones en Francia por seguimiento «excesivo» y el despliegue del AI Act en la UE las que apuntalan su tesis, aunque con matices.

Modelo Amazon

Díaz vinculó el «modelo Amazon» con prácticas de control intensivo y citó pulseras y métricas de tiempos mientras avisaba de que «desde ya» ponía en marcha una campaña de la Inspección para vigilar el uso de algoritmos en plataformas que operan en España, «se llamen Uber, Cabify o Amazon». Como es habitual, el mensaje mezcla la política laboral extremista de la vicepresidenta con la competencia tecnológica.

Si la productividad se apoya en datos, el cumplimiento debe garantizar derechos.
El foco no es solo Amazon, Trabajo quiere revisar sistemas de monitorización y asignación algorítmica que tengan impacto en pausas, ritmos y turnos, en un momento en el que la UE avanza hacia una mayor exigencia con sistemas de riesgo y trazabilidad en IA.

Amazon en España y Francia

Todo viene porque en Francia, la CNIL, el regulador laboral, multó con 32 millones a Amazon France Logistique por un sistema de seguimiento «excesivo» en almacenes, que registraba al segundo el uso de escáneres, calculaba indicadores de productividad e inactividad y conservaba datos 31 días, algo que generaba demasiada presión sobre la plantilla. La autoridad subrayó problemas de proporcionalidad, minimización e información a trabajadores y empleados temporales.

En el caso de España, Yolanda Díaz promete poner en marcha una campaña para auditar el «control algorítmico» en grandes tecnológicas, con especial atención a cómo se planifican tareas, se miden rendimientos y se condicionan descansos o pausas fisiológicas mediante dispositivos y software. El objetivo es verificar las bases jurídicas, la proporcionalidad y la transparencia en el tratamiento de datos laborales.
En su comparecencia, Díaz ha advertido de que no se consentirán prácticas propias del siglo XIX en empresas «muy modernas» y que la Inspección actuara con contundencia.

Vigilancia no consentida

Sara Martinez, abogada experta en Derecho laboral explica a El Debate que «en el trabajo, el consentimiento rara vez es una base válida y los reguladores exigen necesidad, proporcionalidad y transparencia más que consentimiento formal, por el desequilibrio habitual entre empresa y empleado».

En el trabajo, el consentimiento rara vez es una base válida y los reguladores exigen necesidad, proporcionalidad y transparenciaSara MartinezAbogada experta en Derecho laboral

Por eso, la clave no es si el trabajador «acepta», sino si el seguimiento es adecuado, limitado y justificado; en Francia, la CNIL dijo que no.
En términos técnicos, lo que Díaz describe encaja con prácticas sancionadas cuando se monitoriza de forma específica, persistente y con conservación amplia de datos para inferir productividad o pausas. «Su discurso acierta en el fondo, aunque jurídicamente conviene hablar de finalidad, minimización y derechos de información, no de consentimiento», aclara.

AI Act y supervisión

El AI Act introduce obligaciones para sistemas de alto riesgo que incluyen trazabilidad, supervisión humana y gestión de riesgos; entre los ámbitos sensibles, destacan los usos laborales que afectan a derechos fundamentales. La AEPD y la AESIA han anticipado que habrá control sobre sistemas de alto riesgo y prácticas prohibidas.

Amazon ha negado extremos como «pulseras de vigilancia» o jornadas desorbitadas en España

Amazon ha negado extremos como «pulseras de vigilancia» o jornadas desorbitadas en España. Poco se sabrá de los resultados de la campaña de Inspección si no sale beneficiada la propia Yolanda Díaz, pero debería servir para discriminar entre populismos políticos y situaciones reales en centros concretos, con capacidad sancionadora si se acreditan excesos.
El precedente francés muestra que, más allá del relato, cuando los reguladores examinan el detalle técnico de los sistemas, pueden concluir que hay vigilancia desproporcionada. «La cuestión para España es si esos patrones existen aquí y en qué medida», algo que será verificado.

Díaz pisa un terreno embarrado al señalar riesgos de vigilancia y gestión algorítmica en Amazon. La típica acusación del populismo de la extrema izquierda a cualquier empresa privada que forme parte del capitalismo que tanto atacan desde su trinchera. Ha escuchado campanas en Francia y ha decidido activar a la Inspección para auditar su uso en España, pero la precisión jurídica recomienda «hablar de proporcionalidad y transparencia, no de consentimiento».