
Patatas en supermercado
Los agricultores denuncian una trama para hundir el precio de la patata nacional en favor de Israel y Egipto
Los productores trasladarán la problemática al Ministerio de Agricultura y a las consejerías del ramo de las comunidades autónomas más afectadas
Los agricultores apuntan a una acción coordinada por los supermercados para tirar por el suelo el precio de sus patatas en plena campaña en Andalucía y Murcia.
Según ha denunciado la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), la distribución retrasa la compra de patata nueva española para presionar a la baja de forma artificial los precios en origen.
El plan consistiría en inundar los lineales con patatas importadas de Israel y Egipto para así saturar el mercado y obligar a los productores a reducir el valor a pie de cultivo.
"El resultado: el consumidor se ve obligado a hacer la típica tortilla de patata con materia prima de Oriente Medio, mientras la producción autóctona de calidad está en las sacas. No es razonable encontrar en una superficie comercial del Campo de Cartagena, con 10.000 hectáreas sembradas, patatas origen Israel, ha lamentado el responsable de patata de COAG, Alberto Duque.

Composición con las patatas extranjeras en los lineales de los supermercados
Los productores nacionales de las zonas productoras de patata nueva, ahora en temporada, insisten en que la oferta es suficiente para satisfacer la demanda de las principales cadenas de distribución.
«No entendemos que se arrincone a la patata autóctona en los lineales, con sello de calidad y estándares europeas, frente a las importaciones de terceros países. Además, a todo ello se une la presencia generalizada de patatas de conservación de Francia, que llevan recogidas desde noviembre y ya han perdido gran parte de sus cualidades organolépticas tras su almacenamiento en cámaras frigoríficas», condena el presidente de COAG Campo de Cartagena, Vicente Carrión, que pide a los consumidores que se fijen en el etiquetado y exijan a los supermercados patata nueva de España.
COAG advierte que esta estrategia pone en peligro 4,2 millones de jornales en el medio rural, al tiempo que lanza a la atmósfera 3.376 toneladas adicionales de CO2 por el transporte internacional, el equivalente a las emisiones de 10.683 vuelos ida y vuelta por persona de la ruta Madrid-París.
«Esta organización trasladará esta problemática al Ministerio de Agricultura y a las consejerías del ramo de las comunidades autónomas más afectadas, al tiempo que reclama a los jefes de compra de las principales cadenas de distribución una apuesta sin fisuras por la producción nacional», concluye la organización profesional agraria.