Botellas de aceite de oliva
Acelerón de Túnez para convertirse en el segundo mayor productor de aceite de oliva del mundo
La FAO coloca al país africano con una cuota de mercado de alrededor del 13 % del suministro mundial del oro líquido
El aumento de la competencia es uno de los factores a vigilar por los olivareros españoles, que además de prestar atención a las condiciones climáticas que condicionan su cosecha temen el fuerte crecimiento que advierten algunos países del arco mediterráneo.
La entrada en producción de olivares modernos y mecanizados de terceros países con costes laborables considerablemente más bajos y enmarcados en un contexto legal más laxo resta competencia al olivar tradicional, incapaz de equiparar su productividad a la de este tipo de competidores.
Los expertos apuntan desde hace tiempo del fuerte impulso de un país en particular, Túnez, que según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) podría convertirse en el segundo mayor productor del mundo de aceite de oliva en la campaña 2025/2026.
La FAO sitúa a Túnez con una cuota de mercado de alrededor del 13 % del suministro mundial de aceite de oliva, solo por detrás de España y por delante de Italia, Grecia y Turquía. Las condiciones climáticas favorables harían sobresalir a Túnez frente a Italia, cuya producción se ha visto afectada por la fuerte sequía del verano y las secuelas de la xylella, que han mermado la extensión productiva.
Los últimos datos disponibles en DataComex evidencian este acelerón de Túnez, que exportó entre agosto de 2024 y agosto de 2025 más de 210.000 toneladas, la mayor parte destinadas a la Unión Europea. El aceite tunecino fluye a gran velocidad en los centros de envasado comunitarios en contra de la voluntad de los olivareros europeos, que reclaman cláusulas espejo que impidan la introducción masiva de aceite de oliva de terceros países que pueden distorsionar el mercado.
El contingente libre de arancel de aceite de oliva procedente de Túnez los Estados miembro es de 56.700 toneladas. Buena parte de esta cuota acaba en los grandes competidores del país africano, España e Italia, que utilizan este aceite importado tanto para la industria del embotellado como para mezclas destinadas a la distribución a gran escala.
COAG ha denunciado recientemente un «agujero negro» en la trazabilidad del aceite importado de Túnez, ya que ese volumen de oro líquido apenas aparece identificado en la etiqueta del producto final. Esta organización señala que existe una «anomalía evidente»: el aceite tunecino entra a gran volumen, pero no se identifica en los lineales ni en los productos finales. Esta falta de rastro sugiere, según la organización, que podría estar siendo mezclado, reetiquetado o triangulado sin que el consumidor sea consciente de su origen real.
La FAO prevé una producción mundial estable en torno a los 3,4 millones de toneladas, con España manteniendo su liderazgo mundial y con un destacado crecimiento de Túnez que pasaría de producir 200.000 toneladas de aceite de oliva a una cosecha de más de 400.000 toneladas.