Las palomeras de Etxalar

Las palomeras tienen su origen en la Edad Media, aunque los documentos más antiguos que las citan datan de los siglos XV y XVI. Etxalar es la única que se ha mantenido viva sobre todo gracias al esfuerzo económico de sus propietarios: la familia Gaztelu

Esquema

Esquema aproximado de la disposición de trepas y redes

En el corazón del pirineo navarro se encuentra una de las tradiciones cinegéticas más bonitas de Europa y me atrevería a decir que de todo el mundo. Cada temporada a principio del otoño se procede con la ratificación del convenio de Lizarieta entre la localidad francesa de Sara y la española de Etxalar, entre otras cosas para que nosotros podamos usar las artes necesarias en suelo francés, por una contraprestación económica simbólica.

Las palomas, que vienen desde el norte de Europa buscando el buen tiempo, son llevadas dirigidas y enfiladas por 13 expertos palomeros hasta el collado español, hombres apostados en torres vigía y trepas: que son plataformas disimuladas entre las hayas.

«Los artistas», perfectamente camuflados y ayudados con trapos atados a palos, banderines, turutas y paletas y dirigidos por el palomero mayor, agitan tocan y lanzan con maestría. Las palomas con el ruido, el movimiento y el lanzamiento de paletas simulando halcones en vuelo, se colocan en posición y pican aterrorizadas hacia la defensa del bosque y por tanto a las redes estratégicamente colocadas. Un ejemplo sin igual de belleza y hermandad.

Las palomeras tienen su origen en la Edad Media, aunque los documentos más antiguos que las citan datan de los siglos XV y XVI. Etxalar es la única que se ha mantenido viva sobre todo gracias al esfuerzo económico de sus propietarios: la familia Gaztelu. Cuantos ejemplos En España de «mecenazgo» y gestión en terrenos privados y buen hacer de dueños y señores, frente al desastre de lo público.

Paletas y corneta

Paletas y cornetaAyuntamiento de Etxalar

La leyenda cuenta que fue un pastor el que arrojó una piedra a algún bando de paso, y éstas confundiendo a su enemigo, se lanzaron aterrorizadas hacia el collado. La astucia del hombre hizo lo demás, y así nació la caza de palomas con redes.

Es como imaginar que por una cerradura de una puerta vamos a ser capaces de meter una mosca

Así contado parece tarea fácil, pero les puedo asegurar que cuando uno se para en aquel collado y ve la inmensidad a su alrededor entiende y se rinde a la maestría de esos hombres. Es como imaginar que por una cerradura de una puerta vamos a ser capaces de meter una mosca.

El terreno en la distancia forma una especie de embudo, a lo largo del cual se reparten varias torretas o trepas situadas a los dos lados del embudo, de tal forma que la distancia entre las trepas va estrechándose hasta llegar al emplazamiento de las redes cuadrangulares que es donde caen las palomas. Las redes son 6 y de 15 por 18 metros aproximadamente y están sujetas de un lado al suelo, atadas a dos grandes argollas de hierro, atadas a su vez a los extremos de la red y forman un ángulo de 45 grados hacia la parte interior del embudo y funcionan con un sistema de contrapesos para que caigan al suelo. Están perfectamente disimuladas en el terreno y las palomas por supuesto no las ven.

Cada palomero tiene una función y cada apostadero un nombre para que el palomero mayor dé las órdenes oportunas. Desde los avisadores a los «banderas», los lanzadores de paletas, hasta los que están en la chabola esperando a que las palomas caigan en la red para recogerlas provistos de unos delantales con bolsillo para meterlas en un visto y no visto. Detrás de las redes hay puestos de escopeta que pueden tirar a la que esquiven las redes, pero siempre a la orden de la corneta del palomero mayor. Del mes y medio largo que dura la temporada de pasa, no hay más que media docena de días buenos, imaginaos la dedicación y afición de estos cazadores.

Trepa

TrepaAyuntamiento de Etxalar

La paloma se concentra en Las Landas esperando condiciones favorables de pasa y entra a España con aire norte o noreste. Habréis oído que cada vez más pasan por el mar acortando el viaje y empujadas por el aire este. Esta temporada recién terminada no ha sido buena sólo ha habido un día o dos de norte.

En palomeras las capturas se cuentan por docenas y para que os hagáis una idea en años buenos del pasado siglo llegaban a las 800-1000 docenas, esta temporada 45.

Las torcaces y «cholomas» o zuritas una vez muertas constituyen un manjar para las gentes del norte. Los castellanos en general a la paloma la echábamos en el caldo para dar sabor, y los navarros la bordan tanto en salsa como asada. Para hacernos una idea las que caen en las redes se venden a los restaurantes a 25 euros y las de tiro a 9 euros. (¡Más caras que nuestras perdices!).

Como os podréis imaginar todo está perfectamente regulado y escrito, y cada uno de los que componen esta sinfonía conocen sus obligaciones y derechos: las sociedades de cazadores de Sara y Etxalar, los propietarios del terreno y los ayuntamientos.

No hace mucho se declaró este tipo de caza Bien de Interés Cultural por lo que brindamos para que perdure en él tiempo y nuestros descendientes la conozcan.

Sirvan estas líneas para que os animéis y conozcáis los valles navarros que no pueden ser más bonitos y son grandes desconocidos, sobre todo el Baztán donde sus paisajes y gastronomía son inigualables. Y si podéis en época de palomas o no, subáis desde Etxalar al collado de palomeras. Estoy seguro que la paz y serenidad os llenará el alma y vuestra imaginación, viendo a las palomas.

  • Alfonso Treviño Garnica es empresario y cazador

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