El cohete Ariane 5 que transportaba al James Webb, el mayor telescopio jamás enviado al espacio, ha despegado sin incidentes a las 13:30 (hora española) de la base espacial europea de la Guayana Francesa. Minutos después, el telescopio se separaba de la nave y se desplegaba en la órbita terrestre.
Las nubes que cubrían el cielo de Kurú, desde donde se ha realizado el lanzamiento, han impedido poder ver la ascensión completa del Ariane 5.
La NASA califica esta misión como «una nueva y emocionante década de ciencia» y apunta a que el James Webb «cambiará nuestra comprensión del espacio tal y como lo conocemos».
La agencia estadounidense ha colaborado con la europea en un proyecto de casi 30 años que tenía como objetivo construir un telescopio que sustituyese al famoso Hubble, que ya revolucionó la exploración espacial.
El James Webb permitirá a la ciencia adentrarse en el espacio y acercarse a las primeras galaxias que se crearon tras el Big Bang.
Ahora, el telescopio viajará hasta situarse a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, unas cuatro veces más lejos que la Luna. Desde allí, ofrecerá una vista inédita del universo a longitudes de onda del infrarrojo cercano y el infrarrojo medio, y permitirá a los científicos estudiar una gran variedad de objetos celestes, siendo capaz de mirar hacia atrás en el tiempo más de 13.500 millones de años.
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