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20 de abril de 2024

Centro Astronómico Hispano de Almería, situado en la meseta de Calar Alto, en Almería

Centro Astronómico Hispano de Almería, situado en la meseta de Calar AltoIAA-CSIC

Astronomía

Así es el telescopio de Almería que ha descubierto 10 planetas parecidos a la Tierra

El proyecto Carmenes, situado en el Observatorio de Calar Alto e iniciado en 2016, ha hecho público esta semana su primer balance de actividad

Todas las tardes, desde hace más de un lustro, un miembro de la plantilla de astrónomos que monitorizan los distintos instrumentos del observatorio de Calar Alto, en Almería (el más grande de la Europa continental), se sitúa a los mandos del telescopio que analiza una selección de estrellas del firmamento en busca de exoplanetas.
De los cuatro aparatos de observación que alberga este centro –fundado en 1975 en la inhóspita Sierra de Filabres–, el espectrógrafo dedicado a esta tarea se encuentra en el más grande de todos, de 3,5 metros de diámetro. Se llama Carmenes y esta semana se ha dado a conocer su balance en cuatro años de actividad (de 2016, cuando comenzó a operar, a 2020): 59 exoplanetas descubiertos en las cercanías del Sistema Solar, 10 de ellos potencialmente habitables.
Se trata de un instrumento único en el mundo, tal y como explica Pedro José Amado, científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) e investigador principal del proyecto. A diferencia de otras herramientas similares que rastrean estrellas de tipo solar, Carmenes centra su búsqueda en 'exotierras' en zona de habitabilidad de enanas rojas. Una circunstancia que, en el momento de ponerlo en marcha, supuso «una dificultad añadida, derivada del hecho de que las enanas rojas son mucho más frías y rojizas que el Sol y emiten su máximo de energía en longitudes de onda mayores que las de la luz visible», según se explica en la página web del aparato.
«Con objeto de optimizar su búsqueda, el instrumento debía observar tanto en el visible como en el infrarrojo, un tipo de luz que solo puede detectarse con instrumentos que trabajen a muy bajas temperaturas», recuerda el apartado que repasa la historia del aparato. El inicial desafío fue superado con facilidad, relata Amado a El Debate, y ni a día de hoy ni en los próximos años se espera un instrumento que pueda hacer frente a Carmenes en su campo.

Procedimiento

El astrónomo encargado del telescopio ejecuta el procedimiento de observación por la tarde, antes de que se ponga el sol, y lo prolonga durante toda la noche hasta la mañana siguiente, una vez vuelve a salir. En total, Carmenes se centra en una muestra de 400 estrellas seleccionadas por el equipo antes de que comenzara su actividad en 2016. «Nuestro cartografiado se ha circunscrito a las estrellas más pequeñitas, ya que suelen ser más frías, de la mitad del radio del Sol hacia abajo», glosa.
Durante su jornada de trabajo, el telescopio va apuntando hacia objetos en los que se detiene durante períodos que pueden ir de unos segundos a media hora, en función de lo relevantes o interesantes que sean sus propiedades. Tras recoger la luz de la estrella y llevarla al instrumento a través de una fibra óptica, el aparato registra y guarda los datos a los que posteriormente acceden Amado y el resto del equipo (incluyendo la Sociedad Max Planck de Alemania, que también participa en el proyecto).

Carmenes se centra en una muestra de 400 estrellas seleccionadas por el equipo antes de que comenzara a operar

Desde que los primeros exoplanetas fueran descubiertos a principios de los años 90, los observatorios de todo el mundo han detectado ya más de 5.000 en casi 4.000 sistemas planetarios. Situados a años luz de distancia e imposibles por tanto de alcanzar con la tecnología actual, los más interesantes para los científicos son los potencialmente habitables, es decir, «aquellos que se parecen a la Tierra o al menos tienen una superficie rocosa en la que el agua líquida se puede contener y parecerse a mares y océanos».
Aunque las limitaciones de los telescopios no pueden asegurar tampoco la existencia de H2O, los exoplanetas, recalca, son importantes para ampliar el conocimiento sobre el universo y la formación de los sistemas planetarios, con especial interés en el nuestro. «Con este balance no solo informamos a la comunidad internacional de todos los planetas que hemos detectado, sino que también ponemos los datos a su disposición para que lo puedan reproducir y hacer más ciencia a partir de ellos», dice Amado, quien propuso el instrumento allá por el año 2008 y puede hoy enorgullecerse de sus logros.

El secreto del éxito

Para Amado, la clave del éxito del proyecto reside en la gran cantidad de tiempo que puede destinar el telescopio a cada estrella analizada. «Como no sabemos a priori qué periodo orbital va a tener cada una, tenemos que observarla durante mucho tiempo y muchas veces para recopilar un gran número de datos. Esto es algo que no suele ocurrir en otros telescopios que hacen muchas cosas a la vez, no solamente de planetas, sino también de galaxias o de cualquier otra cosa», dice.

​De los 59 exoplanetas descubiertos por Carmenes entre 2016 y 2020, seis son similares a Júpiter (con una masa de más de 50 veces la de la Tierra), diez a Neptuno (de diez a 50 masas terrestres) y otros 43 son Tierras y 'Supertierras' (hasta diez masas terrestres).
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