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30 de abril de 2024

Erupción solar del 31 de diciembre

Erupción solar del 31 de diciembreNASA

El Sol despidió el año 2023 con una fuerte descarga electromagnética

El Sol liberó el pasado mes de diciembre una llamarada X2.8 que resultó ser además la más poderosa que se ha registrado desde 2017

El pasado 31 de diciembre, el Sol también quiso despedirse del año y lo hizo con una liberación súbita e intensa de radiación electromagnética en su atmósfera, un fenómeno también conocido como llamarada o erupción solar.
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, que observa el Sol constantemente, capturó una imagen del evento, como se ve en el destello brillante en el extremo izquierdo, a las 21:55 UTC, informa la NASA.
Erupción solar del 31 de diciembre

Erupción solar del 31 de diciembreNASA

La imagen muestra un subconjunto de luz ultravioleta extrema que resalta el material extremadamente caliente en las llamaradas, que es coloreado en amarillo y naranja.
Las erupciones solares son poderosas explosiones de energía. Las llamaradas y erupciones solares pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes de energía eléctrica, las señales de navegación y representar riesgos para las naves espaciales y los astronautas.
Esta llamarada está clasificada como X5.0. La clase X denota las llamaradas más intensas, mientras que el número proporciona más información sobre su fuerza.

La llamarada más fuerte fue en 2023

A pesar de haber sido una gran explosión, no ha sido la más fuerte. El Sol liberó el pasado mes de diciembre una llamarada X2.8, de la clase más potente en la escala, que resultó ser además la más poderosa que se ha registrado desde 2017.
La llamarada generó un inmenso pulso de radiación de alta energía que fue capturado en vídeo por la nave espacial Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA.
Las llamaradas más poderosas suelen ir acompañadas de eyecciones de masa coronal (CME), que envían enormes nubes de plasma solar al espacio a millones de kilómetros por hora.
De hecho, según las investigaciones posteriores, los expertos aseguraron que una CME estuvo asociada con la llamarada, probablemente «con un componente dirigido a la Tierra». Además, detallaron, las CME que golpean nuestro planeta pueden generar tormentas geomagnéticas, que pueden alterar las redes eléctricas y otras infraestructuras.
A pesar de su importancia y fuerza, la atmósfera terrestre impide que la radiación dañina de las erupciones solares llegue al suelo. Sin embargo, esa radiación aún puede afectar las señales enviadas por el GPS y los satélites de comunicaciones y provocar apagones de radio.
Aunque no suponga un riesgo grave para la salud, el Sol se está volviendo más activo en los últimos meses y se espera que su actividad siga creciendo hasta 2024, con el máximo del ciclo solar de 11 años actual.

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