SpaceX aborta el intento de captura del cohete Starship, con Trump y Musk como espectadores de lujo
Este encuentro marcó un nuevo capítulo en la relación cada vez más estrecha entre el director ejecutivo de SpaceX y el futuro presidente de los Estados Unidos, quienes han colaborado públicamente en iniciativas recientes
La compañía espacial privada SpaceX decidió no proceder con la recuperación de la primera etapa del cohete Starship utilizando los brazos mecánicos de su torre de lanzamiento, dirigiéndola en su lugar a un amerizaje controlado en el Golfo de México. La decisión fue tomada debido a criterios técnicos no cumplidos, según explicaron representantes de la empresa durante una transmisión en vivo el martes.
El vuelo de prueba tuvo lugar en la base Starbase, ubicada en Boca Chica, Texas, con la destacada presencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien asistió al evento acompañado del multimillonario Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX. Este encuentro marcó un nuevo capítulo en la relación cada vez más estrecha entre ambos líderes, quienes han colaborado públicamente en iniciativas recientes.
El cohete Starship, considerado el más poderoso del mundo con sus 121 metros de altura y su capacidad de empuje sin precedentes, despegó puntualmente a las 16:00 hora local (22:00 hora española) en su sexto vuelo de prueba. Aunque inicialmente estaba previsto recuperar la sección propulsora Super Heavy con los innovadores brazos mecánicos tipo «palillos» de la plataforma de lanzamiento, SpaceX optó finalmente por un amerizaje más conservador en el océano.
Durante el evento, la etapa superior del cohete completó una órbita parcial antes de reingresar a la atmósfera terrestre poco más de una hora después. Este regreso se realizó a plena luz del día, permitiendo capturar imágenes más detalladas para los análisis técnicos. Además, el vuelo sirvió para probar por primera vez los motores Raptor en el espacio y nuevos materiales de protección térmica, marcando hitos significativos en el desarrollo del sistema Starship.
El reciente vuelo de prueba del cohete Starship no solo marcó un hito en la exploración espacial, sino que también coincidió con un momento político significativo para Elon Musk. El multimillonario celebró la victoria electoral de Donald Trump el pasado 5 de noviembre, tras haberse involucrado activamente en su campaña para regresar a la Casa Blanca.
Musk no solo apoyó públicamente al líder republicano, sino que también contribuyó con donaciones millonarias provenientes de su fortuna personal, consolidando su papel como uno de los aliados más influyentes de Trump. El respaldo de Musk no pasó desapercibido para el presidente electo, quien lo nombró codirector del nuevo «Departamento de Eficiencia Gubernamental». Críticos y analistas políticos han señalado que esta nueva posición podría difuminar las líneas entre el papel gubernamental de Musk y su estatus como magnate empresarial.
Presencia de Trump y vínculos estratégicos
La asistencia de Donald Trump al lanzamiento refuerza su cercanía con Musk, quien recientemente ha acompañado al presidente electo en reuniones con líderes internacionales, como el mandatario argentino Javier Milei, y en eventos mediáticos como una pelea de la UFC. Trump también ha designado a Musk como codirector del recién creado «Departamento de Eficiencia Gubernamental», un gesto que ha generado especulaciones sobre posibles conflictos de interés, considerando los contratos multimillonarios de SpaceX con la NASA y el Pentágono.
Portando su emblemático sombrero rojo con el lema «Make America Great Again», Trump presenció el lanzamiento desde la torre de control de Starbase, junto a una delegación que incluía a su hijo Donald Trump Jr. Sin embargo, no pudo observar la esperada maniobra de recuperación, que SpaceX había logrado en un vuelo anterior, aunque con un margen muy estrecho según declaraciones internas reveladas en redes sociales.
Innovación y preparación para el futuro
El lanzamiento de este martes fue el más rápido en términos de preparación entre vuelos de prueba, consolidando el ritmo de desarrollo de SpaceX. Además de transportar una carga simbólica, un plátano relleno, el vuelo marcó el final de la actual generación de prototipos de Starship. Musk ya ha adelantado que el próximo modelo, Starship V3, será «tres veces más potente» y estará listo para volar dentro de un año.
Starship es fundamental para los planes de Musk de colonizar Marte y establecer a la humanidad como una especie multiplanetaria. También desempeña un papel crucial en el programa Artemis de la NASA, que planea utilizar una versión modificada de Starship para llevar astronautas a la Luna hacia finales de la década.
El lanzamiento fue seguido por casi nueve millones de espectadores a través de la transmisión en vivo, que capturó el momento en que la etapa superior del cohete amerizó cerca de la costa noroeste de Australia, generando una imponente columna de vapor de agua. A pesar de no cumplir con todos los objetivos planificados, el vuelo reafirma el liderazgo de SpaceX en la carrera espacial moderna y su compromiso con la innovación.
Con un empuje doble al de los legendarios cohetes Saturno V de las misiones Apolo, el Starship continúa siendo el pilar de las ambiciones espaciales de Elon Musk, quien busca trascender los límites terrestres y explorar nuevos horizontes.