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Ilustración de un megalodón

Ilustración de un megalodónDeviantArt/Koalafish

Ciencia

Un nuevo estudio detalla cómo se alimentaba el mayor pez depredador de la historia de la Tierra

Con una longitud de hasta 24 metros, el Otodus megalodon, era más largo que un camión con remolque y pesaba casi el doble

Expertos de la Universidad Goethe de Frankfurt afirman que el megalodón, el mayor pez depredador de la historia de la Tierra, se alimentó de una gama de presas mucho más amplia de lo que se suponía.

Así se describe en un trabajo colaborativo, publicado en Earth and Planetary Science Letters con científicos de Alemania, Francia, Austria y Estados Unidos. Los investigadores examinaron dientes fosilizados de megalodón, que son prácticamente todo lo que queda del pez cartilaginoso que le dio al tiburón su nombre, megalodón, que significa «diente grande».

Con una longitud de hasta 24 metros, el Otodus megalodon, era más largo que un camión con remolque y pesaba casi el doble. Sus mandíbulas albergaban dientes triangulares del tamaño de una mano, y su mordida tenía la fuerza de una prensa hidráulica industrial.

Megalodon, en comparación con un hombre y otros tiburones

Megalodon, en comparación con un hombre y otros tiburonesWikipedia

Nadó por los océanos del mundo entre 20 y 3 millones de años atrás, frecuentemente a la caza de presas para satisfacer una demanda calórica tan grande como su tamaño: según estimaciones, requería unas 100.000 kilocalorías diarias. La ciencia asumía ampliamente que la principal ingesta calórica del megalodon provenía de ballenas.

En este trabajo, Jeremy McCormack, de la Universidad Goethe de Frankfurt y su equipo extrajeron zinc de los dientes fósiles, un elemento presente en variantes atómicas (isótopos) de diferentes pesos. El zinc se ingiere con los alimentos, por lo que se almacena en músculos y órganos una menor cantidad del isótopo zinc-66, más pesado, que del zinc-64, más ligero.

En consecuencia, el tejido de los peces que se alimentan de peces absorbe significativamente menos zinc-66, y aquellos que, a su vez, los cazan para alimentarse absorben aún menos. Por ello, el Otodus megalodon y su pariente cercano, el Otodus chubutensis, presentaron la proporción más baja de zinc-66 a zinc-64 en la cima de la cadena alimentaria.

«Dado que desconocemos la proporción de los dos isótopos de zinc en la base de la pirámide alimenticia en ese momento, comparamos los dientes de varias especies de tiburones prehistóricas y actuales entre sí y con los de otras especies animales. Esto nos permitió obtener una idea de las relaciones depredador-presa hace 18 millones de años», explica McCormack en un comunicado. Los dientes gigantes que utilizaron para su estudio provenían principalmente de depósitos fósiles en Sigmaringen y Passau.

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