
La lluvia de meteoros de las Perseidas alcanza su máximo a mediados de agosto. Meteoros como estos pueden depositar metales en la ionosfera terrestre, lo que contribuye a la creación de estructuras nubosas llamadas capas Esporádicas-E
Ciencia
El motivo por el que la NASA está lanzando cohetes contra las nubes
La misión, denominada Sporadic-E ElectroDynamics (SEED), inició su ventana de lanzamiento de tres semanas desde el atolón de Kwajalein en las Islas Marshall el 13 de junio
La NASA está lanzando cohetes desde una remota isla del Pacífico para estudiar misteriosas estructuras nubosas a gran altitud que pueden interrumpir sistemas de comunicación críticos.
La misión, denominada Sporadic-E ElectroDynamics (SEED), inició su ventana de lanzamiento de tres semanas desde el atolón de Kwajalein en las Islas Marshall el 13 de junio.
Las características atmosféricas que SEED está estudiando se conocen como capas Esporádicas-E y generan numerosos problemas para las comunicaciones por radio. Cuando están presentes, los controladores de tráfico aéreo y los usuarios de radio marina pueden captar señales de regiones inusualmente distantes, confundiéndolas con fuentes cercanas.
Los operadores militares que utilizan radar para ver más allá del horizonte pueden detectar objetivos falsos -conocidos como «fantasmas»- o recibir señales distorsionadas y difíciles de descifrar. Las capas Esporádicas-E se forman, se mueven y se disipan constantemente, por lo que estas interrupciones pueden ser difíciles de anticipar.
Las capas de Esporádicas-E se forman en la ionosfera, una capa de la atmósfera terrestre que se extiende entre 60 y 1.000 kilómetros sobre el nivel del mar. La ionosfera, sede de la Estación Espacial Internacional y de la mayoría de los satélites en órbita terrestre, es también donde observamos los mayores impactos del clima espacial.
Impulsado principalmente por el Sol, el clima espacial causa innumerables problemas en nuestras comunicaciones con satélites y entre sistemas terrestres. Una mejor comprensión de la ionosfera es clave para el correcto funcionamiento de las infraestructuras críticas.
La ionosfera recibe su nombre de las partículas cargadas, o iones, que residen en ella. Algunos de estos iones provienen de meteoritos, que se queman en la atmósfera y dejan trazas de hierro, magnesio, calcio, sodio y potasio ionizados suspendidos en el cielo.
Estos «metales pesados» son más masivos que los residentes típicos de la ionosfera y tienden a descender a altitudes menores, por debajo de los 140 kilómetros (90 millas). Ocasionalmente, se agrupan para crear densos cúmulos conocidos como capas Esporádicas-E.