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La Tierra, vista desde el espacio

La Tierra, vista desde el espacio

Un estudio desvela una nueva información sobre la existencia de oxígeno en el entorno espacial terrestre

La investigación se ha centrado en analizar cómo las partículas que escapan de la atmósfera terrestre interactúan con las que provienen del Sol

Un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) ha liderado un estudio que arroja nueva luz sobre la abundancia de oxígeno en el espacio cercano a la Tierra y su influencia en los fenómenos de meteorología espacial. Este campo, fundamental para anticipar posibles alteraciones que afecten a satélites, sistemas de navegación y redes eléctricas, se ha visto impulsado por los resultados obtenidos en colaboración con universidades de España, Suecia y Estados Unidos.

La investigación ha sido dirigida por Víctor Montagud, profesor del departamento de Electromagnetismo y Electrónica de la UMU, y ha contado con el respaldo del grupo de heliofísica de esta universidad. El estudio se ha centrado en analizar cómo las partículas que escapan de la atmósfera terrestre interactúan con las que provienen del Sol, formando una compleja mezcla que resulta determinante para la estabilidad del entorno espacial.

Para llevar a cabo esta tarea, el equipo ha utilizado datos de la misión Magnetospheric Multiscale (MMS) de la NASA, una flota de cuatro satélites lanzados en 2015 que vuelan en formación y registran fenómenos de alta precisión en el campo magnético terrestre. Gracias a esta misión, los científicos han podido observar cómo las partículas terrestres, especialmente el oxígeno, logran escapar de la atmósfera y se acumulan en determinadas regiones del espacio.

Montagud compara el comportamiento del viento solar con el agua de un río que fluye y rodea un obstáculo. En este caso, el campo magnético terrestre actúa como una roca que desvía el flujo solar, aunque ocasionalmente permite que este penetre en ciertas zonas. Cuando eso sucede, se produce una interacción entre las partículas solares y las terrestres, generando una mezcla de flujos que, al igual que dos corrientes de aire encontrándose, altera el equilibrio espacial.

Este fenómeno, aunque invisible a simple vista, tiene consecuencias tangibles en la Tierra. Entre los efectos más conocidos figuran las tormentas solares, las eyecciones de masa coronal y los cambios en el viento solar, capaces de alterar las comunicaciones, dañar satélites o provocar fallos en infraestructuras eléctricas.

Del mismo modo que una estación meteorológica permite prever lluvias o temperaturas extremas, las misiones como MMS proporcionan a los científicos las herramientas necesarias para anticiparse a este tipo de fenómenos espaciales. El objetivo último es dotar a la humanidad de una capacidad de predicción que permita reaccionar a tiempo ante posibles alteraciones del espacio cercano, lo que cobra especial relevancia en una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología satelital y las telecomunicaciones.

La investigación ha sido desarrollada en colaboración con las universidades de Granada y Valencia, y con instituciones científicas de Suecia y Estados Unidos. Esta cooperación internacional refuerza el papel de la Universidad de Murcia como referente en el estudio del entorno espacial y la heliosfera, región exterior de la atmósfera solar que se extiende hasta los límites del sistema solar.

El profesor Sergio Toledo, coordinador del equipo murciano, ha destacado la importancia de este trabajo en el marco de los proyectos internacionales en los que participa la UMU, orientados a comprender los mecanismos físicos que rigen el espacio que rodea nuestro planeta. Este tipo de investigaciones no solo amplía el conocimiento científico, sino que también fortalece la preparación ante posibles amenazas derivadas de la actividad solar.

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