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17 de abril de 2024

El 'Lazos de sangre' de Miguel Gila contó con testimonios desgarradores

El 'Lazos de sangre' de Miguel Gila contó con testimonios desgarradoresRTVE

Televisión 

‘Lazos de sangre’ ahonda en la cara más oscura de Gila

Sus hijos Miguel y Carmen, a los que ni nombra en sus memorias, intervienen en el documental: «No fue un buen padre», juzga ella. El humorista murió debiendo 70 millones a Hacienda

La extraña relación de Miguel Gila con sus dos primeros hijos, cuya existencia mantuvo oculta al gran público durante casi toda su vida, marcó el ‘Lazos de sangre’ dedicado al legendario humorista madrileño.

Su infancia

El padre de Gila murió al intentar salvar un niño que se estaba ahogando. En esa funesta jornada, su madre estaba embarazada de siete meses. Se casó de nuevo y formó una nueva familia. Tuvo cinco hijos más de ese segundo matrimonio. Pero en ese otro hogar no acabó de encajar el primogénito. Así que el pequeño Miguel fue cuidado por sus abuelos. Dejó la escuela de niño, para empezar a trabajar. A los trece años. 

La guerra y el primer matrimonio

Con 17 años se alistó en el ejército republicano y se fue a la guerra. Sobrevivió a su propio fusilamiento, lo que dio pie a uno de sus guiones más celebrados. Pasó tres años en la cárcel, donde coincidió con el poeta Miguel Hernández. Salió del presidio con 27. Esos diez años marcaron su vida y le regalaron su personaje favorito: el soldado. También reafirmaron su ideología: «Nací en una familia socialista y soy socialista a muerte», contó ya muy mayor.
Libre, pero muerto de hambre, se fue a a vivir a una pensión en Zamora. Se acabó casando con la patrona. Ricarda se llamaba. Convivieron cuatro años y no tuvieron descendencia. «Solamente me casé para abrigarme», llegó a confesar Gila.
Dejó a Ricarda y se fue a Madrid. El 8 de octubre de 1951 actuó por primera vez en la capital. Su monólogo recibió una salva de aplausos. En 1953 ya ganaba 3.000 pesetas diarias. Una barbaridad.

Con los Franco

En los años 60 alcanzó gran fama. Era reclamado muy a menudo por los Franco. Acudió a La Granja en varias ocasiones. «La que estaba enamoradísima de mi padre era doña Carmen Polo de Franco. Y en todos sus cumpleaños tenía que actuar», recordó su hijo, Miguel Gila Visuerte, en ‘Lazos de sangre’.
En el documental se recuperó también una intervención televisiva del humorista en la que recordaba el día en que recibió de Franco la Cruz del Mérito Civil. No acababa de enganchársela en el traje. «Excelencia, le van a echar el toro al corral. Lleva tres pinchazos», bromeó.

La hija secreta

En Madrid, ya famoso, conoció a la bailarina de flamenco Carmen Visuerte. Fueron pareja durante nueve años. De esa relación nacieron dos hijos a los que Gila ni nombra en sus memorias. Mantuvo la relación con ellos, a distancia, pero nunca reconoció públicamente su existencia.
Al mayor de ellos, Miguel, lo reconoció… en privado. Según contó éste en el documental, como había nacido fuera del matrimonio y era un hijo ilegítimo, su padre pagó al obispo de Sevilla «dos millones de pesetas o dos millones y medio» del año 56 para que lo bautizase.
Carmen Gila, la hija que el humorista no reconoció

Carmen Gila, la hija que el humorista no reconocióRTVE

A la segunda, Carmen, nunca la llego a reconocer. ¿Por qué no lo hizo? Se llevó el secreto a la tumba. «Yo tengo la teoría de que era por miedo. Me decía que no podía, que tenía una presión tremenda», detalló la hija. Miedo, se supone, a la reacción de la tercera mujer del humorista. «Yo sé dentro de mí, aunque parezca una contradicción, que no fui reconocida, pero sí fui querida, muy querida», contó entre lágrimas Carmen Gila Visuerte en el documental.
Se resistió a presentar una demanda de paternidad. Hasta que escuchó a su padre en la televisión hablando de Malena –la descendiente que Gila tuvo con su tercera pareja y segunda mujer, María Dolores Cabo– como su única hija. Estalla y lleva el reconocimiento a los juzgados. Lo logró una vez fallecido su padre.
«Tengo un hijo que se parece mucho a él. Le llamamos Gilita», cerró Carmen entre lágrimas. «Para mí, no fue un buen padre», remarcó, aún dolida.

Huida a México

Cuando nació su hija Carmen, Gila se marchó a México. En teoría a trabajar. En realidad ya tenía una nueva pareja, María Dolores Cabo, la que será su tercera mujer.
Su hijo Miguel contó en el documental el verdadero motivo de la «emigración» del padre: se enteró de que Ricarda, la de la pensión, su todavía esposa (en España no había divorcio), lo iba a demandar por bigamia. Se había enterado de que había una segunda mujer, Carmen, y ya incluso una tercera, María Dolores.
Ese viaje a América, que era para dos semanas, acabó durando 20 años.

Gira en América

Al otro lado del charco, Gila alcanzó gran fama. Entabló amistad con Héctor Alterio y con Gabriel García Márquez.
Hizo mucho dinero. Lo contó así en una ocasión: «Fui rico una vez. Tenía un chalet en Palma, otro en la Costa del Azahar y la casa en Madrid. Tres coches, un chofer, un barco y dos marineros…», enumeró. Pero, generoso y manirroto, no supo ahorrar.
En Argentina, en 1979, nació Malena, tercer descendiente del humorista. Hija de un Gila de 60 años y de María Dolores Cabo.

Ruina y muerte

Regresó de Argentina y trabajó mucho en la televisión en España. Lo hizo hasta bien pasados los 80 años. Hasta el final. Porque no tenía dinero. «Cuando murió debía 70 millones [de pesetas] a Hacienda», reveló su hijo en ‘Lazos de sangre’. «Murió en la más absoluta de las ruinas», corroboró su hija Carmen.
Gila murió el 13 julio de 2001. Fumador, sufrió una insuficiencia respiratoria. Tan dramática era su situación económica que un gran amigo, el publicista Luis Bassat, pagó íntegro su entierro. Un final lacrimógeno para quien hizo reír a las dos Españas y también a la tercera, la del centro, como remarcó el socialista Joaquín Leguina en el documental.
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