La ciudad no es para mí, una de las mejores películas de Paco Martínez Soria
Cine
Paco Martínez Soria no habría sido nuestro abuelo 'made in Spain' sin las lágrimas de su madre
Se cumplen 40 años del fallecimiento del gran cómico aragonés... que empezó como actor dramático
Mucho antes de que hiciese llorar de risa a varias generaciones de españoles, cuando aún era un actor aficionado, Paco Martínez Soria representaba en el teatro papeles dramáticos. Trágicos incluso. El joven de Tarazona daba vida a personajes que acababan perdiéndola sobre el escenario.
Entre los contados espectadores que acudían a esas representaciones había una mujer que vivía esas muertes en la ficción casi como si fueran reales. Era Eugenia Soria.
Para ella, la madre de ese chico que soñaba con dedicarse en cuerpo y alma al teatro, ver cómo su hijo simulaba su muerte era un drama y una tragedia. Y para el joven Paco, ver cómo su madre lloraba por él también lo era. Así que el actor, al que desde siempre le había llamado más la comedia, decidió acabar con los dramas y las tragedias. Aquellas lágrimas de Eugenia, sin saberlo, cambiarían la vida de su hijo y la historia de la comedia española. En el cine y en el teatro, la disciplina que en realidad hacía más gracia a Paco Martínez Soria.
40 años de la muerte de Paco Martínez Soria
Este 26 de febrero se cumplen 40 años de la muerte de Paco Martínez Soria. Por desgracia, la del 26 de febrero de 1982 no fue una de aquellas muertes en la ficción. El actor aragonés tenía 79 años cuando murió como consecuencia de una angina de pecho en el hotel Colón de Madrid. Esos días ensayaba Guárdame el secreto, Lucas, una obra de teatro. Su querido teatro.
Solo unos meses antes había estrenado La tía de Carlos, el último título de una larga lista de películas de Paco Martínez Soria: La ciudad no es para mí, ¿Qué hacemos con los hijos?, El turismo es un gran invento, Abuelo made in Spain, Se armó el belén, Don erre que erre, Hay que educar a papá, El padre de la criatura, El abuelo tiene un plan, El calzonazos, El alegre divorciado, Estoy hecho un chaval, ¡Vaya par de gemelos! y, justo antes de La tía de Carlos, Es peligroso casarse a los 60. El párrafo habrá quedado largo pero era de justicia incluir todas estas películas que hemos visto tantas veces y de las que, como españoles, debemos sentirnos orgullosos.
