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03 de mayo de 2024

Antonio Anglés

Antonio Anglés, en una imagen que se reproduce en el documental

Anglés, historia de una fuga

La millonaria recompensa por el caso de las niñas de Alcácer que nunca se llegó a cobrar

El documental sobre la fuga del asesino desaparecido se cuela entre lo más visto en la plataforma Netflix

Ya lo había emitido La Sexta el pasado febrero, y posteriormente ha estado disponible para los suscriptores de Atresplayer Premium y Prime Video, pero Netflix le ha venido a dar una nueva vida a la serie documental Anglés, historia de una fuga. Sin ir más lejos, el pasado miércoles era lo más visto de la plataforma; en la noche del jueves, lo tercero.
Dividida en tres capítulos y centrada en el asesino jamás detenido (el otro, Miguel Ricart, fue detenido, juzgado y condenado a 170 años, de los que cumplió 21 antes de ser puesto en libertad) del crimen de Alcácer, la serie reconstruye de forma minuciosa el suceso y recupera detalles olvidados. Es terrible escuchar de boca de la Guardia Civil cómo una cadena de errores permitieron la huida de Antonio Anglés cuando estaba cercado en las proximidades de su pueblo. Especialmente indignantes resultan los casos de un agricultor y un hostelero. El primero lo ayudó –obligado, claro– a salir de ese cerco en su coche, pero cuando quedó libre tardó dos días en avisar a las fuerzas de seguridad del incidente. El segundo, en vez de avisar a la Guardia Civil o a la Policía Nacional cuando vio al sospechoso, decidió ponerse a charlar con él y este le acabó robando el coche. Cuando alcanza Portugal, sigue el despropósito la policía lusa lo tiene controlado, pero no lo detiene porque no ha llegado aún la orden de la Interpol.

Salto a Irlanda

Tras pasar por España y Portugal, la acción del documental se traslada a tierras irlandesas, siguiendo la singladura del City of Plymouth, el barco en el que Anglés se embarcó como polizón en Lisboa. Al poco de que el barco zarpa de Bilbao fue descubierto. La teoría del documental es que, una vez que llegó al puerto de Dublín, salió por la proa del buque mientras la Policía accedía por la popa. La llegada del criminal a esta ciudad irlandesa se produjo el 24 de marzo de 1993 a las 22.50 horas. El 26 de marzo, una joven norteamericana de 27 años, Annie McCarrick, desapareció en ese mismo lugar. Aún hoy no se ha vuelto saber nada de ella. ¿Fue Annie McCarrick la cuarta víctima mortal de Anglés? Es una de las posibilidades que se barajan en el documental.
El caso es que es ahí, en el puerto de Dublín, donde definitivamente se le pierde la pista al asesino nunca juzgado de Miriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcácer. Para espolear el caso, el Estado español llegó a ofrecer una gran recompensa al que ofreciese pistas fiables que permitiesen encontrar a Anglés. En el documental, un guardia civil la cifra en una cantidad espectacular para la época: 250 millones de pesetas de 1993 (equivale a 1,5 millones de hoy).

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