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06 de mayo de 2024

Un fotograma de la película Three Coins in the Fountain'

Un fotograma de la película 'Three Coins in the Fountain'

'Historias de película'

La película que popularizó la costumbre de pedir deseos en la Fontana de Trevi cumple 70 años

Three Coins in the Fountain incluye una oscarizada canción de Frank Sinatra titulada como el largometraje

Esta Semana Santa se han vivido en Roma días de esos en los que cuesta incluso acceder a la dieciochesca Fontana de Trevi. Son mayoría los visitantes que acuden a este lugar para lanzar una moneda en la fuente y pedir un deseo. Es una costumbre en cuya popularización tiene mucho que ver una película hoy un tanto olvidada.
Si pensamos en cine y la Fontana de Trevi lo primero que se nos viene a la mente es el baño de Anita Ekberg en La dolce vita de Fellini, de 1960. Pero unos años antes la popular fuente fue escenario de una escena de otra película de gran éxito, la producción norteamericana Three Coins in the Fountain (Tres monedas en la fuente) dirigida por Jean Negulesco e interpretada en sus principales papeles por Dorothy McGuire, Louis Jourdan, Clifton Webb y Jean Peters. Se estrenó en Estados Unidos en mayo de 1954, es decir, pronto hará 70 años.
Cuenta la historia de tres jóvenes secretarias norteamericanas en Italia. En Roma acuden a la Fontana de Trevi y dos de ellas piden un deseo mientras lanzan una moneda de espaldas al conjunto arquitectónico: una de ellas se acaba casando con un príncipe y la otra se ennovia con un joven estudiante de abogado. La tercera, que no lanzó moneda alguna, también «consigue» un marido, un escritor excéntrico.
No es cierto, como se ha publicado en numerosas ocasiones, que la costumbre de arrojar monedas a la Fontana de Trevi naciese a raíz de esta película de 1954. En realidad, se dice que esta costumbre viene de más atrás, del siglo XIX, y se le atribuye al arqueólogo alemán Wolfgang Helbig (1839-1915). Lanzaban la moneda los que, como Helbig, querían volver a Roma, igual que bebían en la fuente de Canaletas aquellos que deseaban regresar a Barcelona.
Lo que sí ocurrió a partir de la película de Jean Negulesco es que la práctica se popularizó internacionalmente, y no ya ceñida a la esperanza de volver a «la ciudad eterna» sino a los deseos en general.
Y es que Three Coins in the Fountain alcanzó el éxito mundial y recibió importantes distinciones. En la vigésimo séptima edición de los Oscar, celebrada en marzo de 1954, recibió dos estatuillas: una a la mejor fotografía en color (había otro premio aparte para las de blanco y negro) para Milton Krasner y otra para Jule Styne y Sammy Cahn como autores de la canción que abre el filme, titulada precisamente Three Coins in the Fountain y a la que puso voz nada menos que Frank Sinatra. El tema tuvo vida propia, lo que contribuyó aún más a la difusión de la costumbre de arrojar monedas a la fuente romana. Three Coins in the Fountain fue además nominada a mejor película, categoría en la que se impuso la descomunal La ley del silencio, protagonizada por el también premiado Marlon Brando.
A España, donde fue calificado como apto para todos los públicos, el largometraje llegó un año más tarde con el título cambiado: Creemos en el amor.
Se han hecho dos remakes de la película de 1954, pero ninguno de ellos tuvo la misma repercusión que la original.

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