Fundado en 1910
Marlon Brando en La ley del silencio

Marlon Brando en La ley del silencio

Cine

Los mejores diálogos del cine clásico

Rescatamos cinco grandes diálogos de la historia del cine

Elegir entre el mejor cruce de palabras de algunas de las mejores comedias, noir, cine épico, wésterns y dramas no es tarea fácil. Aquí dejamos sólo cinco diálogos que nos siguen conmoviendo por muy distintas razones.

Sopa de ganso (Leo McCarey, 1933)

Siempre nos desternillamos con las frases lapidarias, icónicas y llenas de dobles sentidos de Groucho Marx, pero si hay que elegir un diálogo un poco más extenso de una de sus películas, no podemos renunciar a esta genialidad de la que sigue siendo para muchos la mejor película de los Hermanos Marx.

-No es que me importe, pero ¿dónde está su marido?

-¡Oh, ha muerto!

-Seguro que sólo utiliza eso como excusa.

-Estuve con él hasta el final.

-No me extraña que falleciera.

-Lo estreché entre mis brazos y lo besé

-¡Entonces fue un asesinato!

-¿Se casaría conmigo? ¿Le dejó mucho dinero? Responda primero a lo segundo.

Gilda (Charles Vidor, 1946)

Una de las películas más apasionadas, emblemáticas y volcánicas de la historia lo fue, sobre todo, por el estrepitoso amor entre los personajes de Rita Hayworth y Glenn Ford. Una joya que mezcla el noir y el melodrama en un equilibrio que pocas veces hemos visto en el cine. Tiene diálogos únicos, pero es imposible resistirse a la famosa escena del odio entre los examantes.

-Gilda… Vístete, te vas de aquí.

-¿Nos vamos, Johnny? ¿Los dos?

-Los dos, no. Tú

-¿Tú me odias, verdad?

-No tienes idea hasta qué punto.

-El odio es una emoción muy intensa, ¿no lo has notado? Muy intensa. Yo también te odio… De tal modo que creo que voy a morir… Cariño (se besan). Creo que voy a morir de odio.

Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954)

Uno de los wésterns más abigarrados y apasionados de la historia del cine lo es, en parte, gracias a la tormentosa relación que comparten Johnny y Vienna, uno de los personajes femeninos más complejos y enormes de la historia del cine. Este diálogo es tan impactante que Pedro Almodóvar decidió homenajearlo en Mujeres al borde de un ataque de nervios.

-¿A cuántos hombres has olvidado?

-A tantos como mujeres tú, me imagino.

-No te vayas.

-Pero si no me he movido.

-Dime algo bonito.

-Claro, ¿qué deseas oír?

-Miénteme. Dime que me has esperado estos cinco años.

-Todos estos años te he esperado.

-Y que habrías muerto si yo no hubiese venido.

-Habría muerto si tú no hubieras venido.

-Y que todavía me quieres como yo te quiero a ti.

-Te quiero como tú me quieres a mí.

-Gracias.

La ley del silencio (Elia Kazan, 1954)

La mejor interpretación de Marlon Brando, su película más desesperada, más extrema, más generacional. Este drama radical sobre las peores miserias del ser humano sigue estando de poderosa actualidad. Una película llena de momentos brillantes y emocionantes entre los que éste, en que Terry Malloy echa en cara a su hermano sus fracasos, nos sigue rompiendo el corazón.

-Yo, escucha… Oye, ¿cuánto pesas ahora? Cuando pesabas 168 libras estabas en forma. Podías haber sido campeón. El cerdo que elegimos como preparador te lanzó demasiado pronto.

-No fue el preparador. Fuiste tú. ¿Has olvidado la noche del Garden cuando te presentaste en mi vestuario y dijiste: «Chico, esta no es tu noche. Hemos apostado por Wilson»? ¿Recuerdas? «´Ésta no es tu noche»… Pues sí que lo era. Pude dejarle fuera de combate. Y sin embargo, él ha logrado todo lo que se propuso en la vida. ¿Y yo en cambio, qué? Un pasaporte al fracaso. Eres mi hermano, Charlie. Tenías la obligación de velar por mí, de preocuparte un poco más, solo un poco, para no caer en la miseria de las peleas baratas.

-Hacía apuestas para los dos, algo te habrá tocado.

-¿Es que no lo entiendes? Pude ser un primera serie, aspirar al título. Pude haber sido algo en la vida. En lugar de eso, mírame. Sólo soy un golfo. ¡Por ti! ¡Sólo por ti, Charlie!

Ben-Hur (William Wyler, 1959)

El enfrentamiento entre Judah Ben-Hur y el tribuno Messala es uno de los más emblemáticos de la historia del cine. La historia de amistad convertida en venganza empieza justo aquí, en el momento en que el romano le pide el príncipe judío que traicione a su pueblo delatando a aquellos que quieren alzarse en armas contra Roma. Una obra maestra indiscutible.

-¿Seguirías siendo aún mi amigo si me convirtiera en un infame delator?

-Decirme los nombres de unos criminales apenas es delatar…

-¿Criminales? Eso no son criminales Messala, son patriotas.

-¿Patriotas?

-Sí, como tú.

-¿¡Patriotas!?

(Silencio)

-Judah, déjame que te explique una cosa. Algo que tal vez ignoras. El emperador está contemplándonos. Tiene la mirada puesta en el Oriente. Esta es mi gran oportunidad, Judah y la tuya también. Si logro imponer orden a Judea tendré el cargo que desee y tú vendrás conmigo, te lo prometo. ¿Y nuestra meta cuál será?: ¡¡Roma!! Sí, tal vez al lado del César poderoso. Créeme, créeme… Si, eso puede ocurrir y ésta es la ocasión para lograrlo te lo juro. El emperador nos contempla y nos juzga y lo único que tengo que hacer es servirle. Y tú sólo tienes que ayudarme en su servicio.

-Hablas como si él fuera Dios.

-Es un dios, el único dios. Es el poder, el verdadero poder sobre la Tierra. No, no eso. Ayúdame Judah.

-Yo haría cualquier cosa por ti, Messala. Menos traicionar a mis propios hermanos.

-Por todos los dioses Judah, ¿qué pueden significar para ti las vidas de unos cuantos judíos?

-Que no haya podido convencerles no quiere decir que deba ayudarte a matarlos. Además, tienes que comprender esto, Messala: Siempre he creído en el pasado de mi pueblo y creo en su futuro.

-¿Futuro? Sois un pueblo conquistado.

-Podéis conquistar nuestra tierra, podéis sembrarla de cadáveres. Pero ése no será el fin, volveremos a levantarnos.

-Oh… Sólo vivís de sueños fallidos de vuestros mitos del pasado. La gloria de Salomón pasó, ¿aún crees que volveré? Ni Josué ni David han de levantarse para salvaros. Sólo existe una realidad en el mundo de hoy. Mira hacia Occidente, Judah. No seas necio, mira hacia Roma.

-Prefiero ser necio a ser traidor o asesino.

-¡Soy un soldado!

-¡Sí, que mata por Roma! ¡Y en Roma está el mal!

-¡¡Te prevengo que…!!

-¡¡No!! ¡¡Te prevengo yo!! Roma es una afrenta a Dios. Roma esclaviza hoy a mi raza, a mi país, a la Tierra toda, pero no para siempre. Y ahora te digo que el día que caiga Roma resonará un grito tan grande de libertad como jamás se haya oído hasta entonces en el mundo.

(Silencio)

-Judah: O te enfrentas conmigo o me prestas tu ayuda. No tienes otra opción. Tienes que estar conmigo o estar contra mí.

-Si tengo que elegir… Entonces estoy contra ti.

Temas

comentarios
tracking