Miguel Lago, durante su conversación con Juan Ramón Lucas en el pódcast Sr. Wolf
Miguel Lago: «No comparto nada de Sánchez, nada»
«En los últimos años es mucho más irrisoria la izquierda que la derecha en este país: tú me das a Ábalos y me salen 75.000 bromas sobre luces de neón»
«Tengo claro el público al que me dirijo: yo le hablo a la gente normal. Le hablo a las familias. No todos los humoristas hacen eso», explica Miguel Lago a Juan Ramón Lucas en su interesante conversación en el pódcast Sr. Wolf. La reflexión apunta a una de las claves del éxito del humorista gallego en el teatro y la televisión. Suyas, desde la mesa de tertulia de El Hormiguero, han sido algunas de las críticas más mordaces al Gobierno y al presidente.
«No comparto nada de Pedro Sánchez. Nada. Y no es tan guapo, además, porque los trajes no los lleva bien y alguien tendría que ayudarle y decirle que le tiene que poner una guata y que aquí le tira», asegura en un momento de la entrevista Miguel Lago, que se ha revelado como un excelente presentador y entrevistador en el programa de Telemadrid La Noche Golfa.
Hay más claves del éxito que asoman en la charla, como su sinceridad y transparencia, y su entrega al trabajo, que afronta con entusiasmo. «Llevo 16 años todos los fines de semana en el teatro en Madrid. Me quitas eso y yo creo que no me sacas de la cama. Es una parte ya tan íntima de mí que no puede separarse», reconoce Miguel Lago sobre la felicidad que siente sobre el escenario al hacer reír a los espectadores con sus monólogos.
«Cada humorista tiene su nicho. En cuanto tú sales al escenario, si tu primer chiste es hacia Vox, que es muy de primero de cómico, automáticamente tú ya has dejado claro hacia qué nicho y sector vas a dirigir el resto de tu comedia. Si tú sales al escenario diciendo 'buenas noches a todas y todos', ya sabemos hacia dónde va a ir dirigida tu comedia. Yo no doy lecciones, yo hablo desde el punto de vista de un señor normal», observa Miguel Lago.
«Yo ya he llegado a un punto en el que cuando alguien le dice a alguien: 'mira, este es que es de derechas', digo: 'es que ser de derechas se vale'. En un estado democrático, casi todas las ideas que no atenten contra los derechos humanos se valen y hay que respetarlas. Conmigo se ríen mucho. Yo no pido el carnet en la puerta para el que entra. Y entra gente de cualquier ideología, pero es que yo no hablo desde un punto de vista ideológico. Yo hago la comedia para que te rías y el ritmo de risas es elevadísimo», sostiene Miguel Lago.
«Luego como persona que estoy más expuesto por mi trabajo de colaborador en tertulias. Puede ser que yo transmita unos valores que habrá quien los etiquete como más conservadores. ¿Por qué? Pues porque creo en la familia, en la tolerancia, en la igualdad y en el respeto. El 70 % de los españoles se identifica con posiciones de centro centro derecha. No hay ningún problema. Tranquilidad a todo el mundo», comenta el monologuista y presentador, que va un paso más allá en su razonamiento.
«La gente tiene que quitarse el complejo y la etiqueta de 'si yo digo que soy de izquierdas, soy guay y soy bueno; y si soy de derechas soy el demonio'. Yo vengo de una familia en Galicia, típica familia del PP gallego, y no hay ningún problema. Y teníamos gente del PP, teníamos gente del PSOE y los domingos nos juntábamos a comer y ahí nadie andaba a hostias. Era una cosa muy natural. En los últimos 7-8 años, en este ejercicio de polarización absoluta y de levantar muros, cuanto más enfrentada está la gente, ya sabemos cuál es el negocio de nuestro presidente, mejor le va», señala Miguel Lago, que afirma sentirse «muy, muy cómodo en la democracia liberal; me siento muy, muy cómodo en el centro democrático; y me sentiría muy cómodo con la social democracia con la que crecimos en los 90. Vuelvo a repetir, en la España de la gente normal».
«En mi defensa diré que en los últimos años es mucho más irrisoria la izquierda que la derecha en este país, porque tú me das a Ábalos y es que me salen 75.000 bromas de luces de neón y carretera de La Coruña (..) No se hacen bromas de la oposición, no son graciosas. Se hace broma del que manda, que para mí es lo que tiene que hacer el bufón de toda la vida», considera Lago.