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Paul Newman y Robert Redford en la película Dos hombres y un destino

Robert Redford y Paul Newman, en la película Dos hombres y un destinoGTRES

Historias de película

La razón por la que Robert Redford protagonizó 'Dos hombres y un destino' con Paul Newman

En 1969, la historia del wéstern iba a sufrir una gran conmoción. Se estrenaron Valor de ley de Henry Hathaway, Grupo salvaje de Sam Peckinpah y La leyenda de la ciudad sin nombre de Josua Logan, tres películas bien distintas enmarcadas dentro de un mismo género que, gracias a Sergio Leone y su Trilogía del dólar, había cambiado para siempre. Con un género en plena mutación y los ecos del cómico spaghetti wéstern que también triunfaba gracias a películas como Tú perdonas... yo no o El bueno, el feo y el caradura, la 20th Century Fox logró estrenar ese mismo año una película sobre unos forajidos que se dan a la fuga después de asaltar un tren, pero con una particularidad clara: los forajidos debían ser encantadores. Así nació una buddy movie en clave de wéstern que no tardó en convertirse en un icono del cine de la década. Así se creó Dos hombres y un destino.

Inicialmente concebida como The history of Sundance Kid and Butch Cassidy, el guionista fue el talentoso escritor William Goldman que, además de la sobresaliente Harper investigador privado, acabaría escribiendo Todos los hombres del presidente, La princesa prometida y Misery. La idea era que el público no pudiera resistirse a los dos canallas protagonistas que daban una vuelta de tuerca sobre el héroe monolítico y pragmático del género.

Se pensó inicialmente en Steve McQueen para hacer de Sundance. El actor estaba en lo más alto de su carrera. Las recientes Bullit y El caso de Thomas Crown habían sido un pelotazo y ya había participado en varios wésterns como Los siete magníficos o Nevada Smith. Pero al enterarse que estaban pensando en su odiado Paul Newman para el papel de Cassidy, no quiso ni oír hablar del proyecto. Éste, sin embargo, aceptó sin dudarlo, por lo que se decidió invertir el nombre de los personajes y vender la cinta con él como superestrella: Butch Cassidy and the Sundance Kid.

La Fox entonces empezó a barajar algunos nombres para acompañar a un Newman de más de 40 años que había sido ya nominado cuatro veces al Oscar. Los nombres de Dustin Hoffman y de Warren Beatty estuvieron encima de la mesa. Hasta el de Marlon Brando. Pero no daban con el actor que pudiera dar al papel del pistolero Sundance Kid la frescura que necesitaba.

Joan Woodward, esposa de Paul Newman, le propuso que contactaran con Robert Redford. Le había visto en Broadway protagonizando Descalzos por el parque que poco después había sido un éxito cinematográfico. Quizá por eso, y pese que había hecho algunos dramas importantes como La jauría humana, no se le consideraba un actor con gran capacidad dramática. Newman, sin embargo, hizo caso a su mujer y llamó personalmente a Redford que le dijo sí antes de leer el guion.

Robert Redford y Jane Fonda en el filme Descalzos por el parque

Robert Redford y Jane Fonda protagonizaron Descalzos por el parque

George Roy Hill y William Goldman, sin embargo, no lo veían claro. Querían dos estrellas como protagonistas del filme y a un actor que tuviera la misma reputación que Newman. Sin embargo, éste se empeñó, hizo con Redford varias audiciones y le ayudó a preparar el papel hasta que finalmente se hizo con él… Nacía así una estrecha y larga amistad.

El rodaje de Dos hombres y un destino se realizó en los últimos meses de 1968 entre Utah, Nuevo México, Arizona y California y ambos actores reconocieron en diferentes momentos a lo largo de su carrera que fue en el que más se divirtieron y más cerveza bebieron entre toma y toma. Aunque inicialmente se pensó en Natalie Wood, junto a los dos actores estuvo la actriz Katherine Ross, que estaba muy de moda después de la controvertida El Graduado. Y aunque interpreta a la novia de Sundance en el filme, protagoniza con Newman el momento más icónico de la película que no estaba en el guion original y es cuando Cassidy y ella montan juntos en bicicleta mientras suena la canción Rain drops keeep falling on my head.

Paul Newman y Katherine Ross en Dos hombres y un destino

Paul Newman y Katherine Ross en Dos hombres y un destino

La Fox decidió incluir una escena con la canción después del éxito del tema central de Un hombre y una mujer de 1966. Se le ofreció a Bob Dylan que escribiera la canción de la película, pero el genio de Minnesota lo rechazó tras lo que se le propuso a Burt Bacharach que compuso un tema pegadizo que llegó al número 1 en el Billboard Hot 100 de Estados Unidos y por el que ganó el Oscar a la mejor canción. La película, además, se llevó la estatuilla al mejor guion original, fotografía y banda sonora, también para Bacharach, y estuvo nominada a otros tres: película, director y sonido.

La historia de La banda del agujero en la pared cautivó al mundo entero, pues partía de la premisa de que este famoso grupo de ladrones era conocido en todo el Oeste por no matar a nadie ni hacer prisioneros. Por eso, cuando se separan y Butch Cassidy y Sundance Kid, junto a la novia de éste, una maestra de escuela, deciden huir a Bolivia para empezar una nueva vida, el público no pudo más que ponerse de su parte. Eran guapos, divertidos, deslenguados y tenían un gran corazón. La antítesis del héroe creado por Wayne en los años 40 y del antihéroe creado por Eastwood en los 60. Eran tan nuevos, tan diferentes, que el público les adoró.

Con un presupuesto de 6 millones de dólares, la película recaudó más de 102, convirtiéndose en el wéstern más taquillero de la década y en la quinta película con mayor recaudación en aquellos diez años. Y eso fue entonces muy atípico, entre otras cosas, por su descarnado final, inspirado en Gunga Din, en el que a los icónicos protagonistas no les espera la cárcel ni la libertad.

Por eso, sin duda, en 1973, George Roy Hill, Paul Newman y Robert Redford repetirían para realizar una película más taquillera incluso que ésta y que terminó de convertir a los dos actores en una de las parejas cinematográficas más queridas de todos los tiempos. Pero El Golpe es otra historia…

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