El talento de Gene Hackman como actor le hacía brillar, sin buscarlo y con admirable naturalidad y sencillez, en todos los papeles y en todos los terrenos. Incluso, hasta en la cancha de baloncesto como entrenador de un equipo con mínimas posibilidades de éxito. «Vamos a ver qué cartas me han dado. Siete jugadores, ¿no es eso?», pregunta su personaje, el legendario entrenador Norman Dale, cuando conoce a su plantilla. Las cartas enseguida se reducen de siete a seis: «Yo no cuento porque soy bajito y no sirvo. Yo les ayudo a entrenar, soy como el mánager del equipo», explica uno de los jugadores. Y, enseguida, cuando expulsa a uno de ellos del entrenamiento, pasan de seis a cinco. Así que el entrenador Norman Dale, que Jack Nicholson quiso interpretar y no pudo por tener que testificar en un juicio durante varios meses, tiene mucho trabajo, técnico, táctico y mental, por delante.