Sean Connery y Harrison Ford, en Indiana Jones y la última cruzada
Cine
El motivo por el que Harrison Ford no quería a Sean Connery en 'Indiana Jones y la última cruzada'
Los dos actores entablaron una gran amistad durante el rodaje de la película, pero Harrison Ford tenía al principio sus reticencias sobre la elección del escocés
Puede que no sea la mejor película de la saga y que ese honor corresponda a En busca del arca perdida, pero Indiana Jones y la última cruzada es una de las favoritas y de las más queridas por el público. En gran medida, por las escenas para el recuerdo que nos regalaron Harrison Ford y Sean Connery, que interpretó al padre de Indiana Jones. Las discusiones entre padre e hijo en el filme se quedaron ahí, en el terreno de la ficción, porque los dos actores congeniaron durante el rodaje, se divertían, gastando bromas y jugaban al tenis. Y eso a pesar de que Harrison Ford no quería, en un principio, que Sean Connery interpretase al padre de su personaje en Indiana Jones y la última cruzada. Simplemente por una cuestión de diferencia de edad entre los actores.
Sean Connery solo era 12 años mayor que Harrison Ford, demasiado poco como para que fuera creíble que el primero fuese el padre en la ficción del segundo. Pero, ni mucho menos, era la primera vez en el cine que ocurría algo así y tampoco sería algo que después llamara la atención al ver una película que funcionó como perfecto vehículo (no solo por el sidecar) de entretenimiento. La barba blanca de Sean Connery en contraposición al afeitado de Harrison Ford ayudó a disimular la escasa diferencia de edad entre los dos, igual que la diferencia en el ritmo de sus movimientos.
Harrison Ford, tanto o más que el propio Sean Connery, se alegraría después de dejar atrás sus reticencias iniciales y de compartir pantalla, diversión y amistad con otra estrella como el escocés. Steven Spielberg supo sacar partido a la química entre los dos, que sin duda representa lo mejor de la tercera entrega de la saga, con la que el cineasta pretendía recuperar el tono de En busca del arca perdida, menos oscuro que el de Indiana Jones y el templo maldito, que no le dejó satisfecho y por la que recibió críticas aunque también fuera, con sus defectos, una cinta 'terriblemente' entretenida.
Sean Connery fue la primera opción para Spielberg, que manejaba como alternativas, en caso de que Connery no hubiese aceptado, los nombres de Gregory Peck y Christopher Plummer. Spielberg siempre había mostrado su ilusión (y su frustración) por dirigir una película de James Bond y, aunque no lo consiguió, al menos pudo dirigir al primer 007.