El 9 de marzo de 2005, hace 18 años, se emitió un capítulo de la serie de dibujos animados para adultos, South Park, titulado La Nueva y Elegante Vagina del Sr. Garrison, en el que un hombre se cambiaba de sexo y posteriormente acudía a una clínica abortista aduciendo que estaba embarazada porque no había tenido el último período.
El visionario capítulo era una burla a todo un sistema que empezaba a fraguarse en Estados Unidos y que obtenía una respuesta que pocos se atreven a dar ya hoy, cuando ese sistema está casi instaurado en la sociedad.
«Sí, tengo un bebé creciendo dentro de mí, ¿ahora vas a revolver sus sesos o simplemente aspirarlo? Si quieres, puedes revolverlo y yo mismo lo sacaré», dice el anteriormente conocido como Sr. Garrison ante una enfermera en estado de shock.
El médico le explica al Sr. Garrison, a quien más adelante identifica como la Sra. Garrison, que no se le puede practicar un aborto porque es imposible que se quede embarazada, y continúa: «Tampoco puede tener períodos, tuvo un cambio de sexo, Sr. Garrison, pero no tiene ovarios o matriz, no se producen óvulos».
Ante la respuesta científica, el Sr. Garrison replica: «Pero pagué 5.000 dólares para ser mujer, y esto significa que no soy realmente una mujer, solo soy un tipo con un pene mutilado». La realidad expuesta sin ambages que ha llevado a reaccionar en Twitter a un buen número de ciudadanos hartos y contrarios a la imposición de la ideología transgénero:
«En un minuto y 25 segundos, @SouthPark dijo todas las cosas que no se nos permite decir sobre las 'mujeres' trans y los abortos», escribió una tuitera, como muestra de infinidad de reacciones similares, dejando en evidencia, incluso más allá de la iluminada y contundente escena de South Park, la distópica realidad que es hoy lo que hace casi veinte años era solo un chiste mordaz.
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