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Una condena delirante obliga a pagar a los abogados de unas madres que leían pornografía en la escuela
Un distrito escolar de EE.UU debe abonar 100.000 dólares de honorarios a los defensores de Mama Bears («Mamás Oso»), un grupo radical de madres LGTBQ al que «censuró»
Un distrito escolar del Estado de Georgia, en Estados Unidos, se ha visto obligado a pagar más de 100.000 dólares en honorarios legales, después de prohibir a un grupo de madres leer pornografía en las reuniones de la junta escolar. Mama Bears («Mamás Oso»), que así se llama el grupo de «Madres de niños LGBTQ y la comunidad LGBTQ», cuyo lema es «Apoyar, Educar, Empoderar», presentó una surrealista demanda ante el Tribunal Federal contra el Distrito Escolar del condado de Forsyth (FCS) por prohibirle leer extractos sexualmente explícitos en las reuniones de la junta escolar.
Mama Bears argumentó en su denuncia que se violaron sus derechos de la Primera Enmienda y acabó ganando el caso con la representación legal del Instituto para la Libertad de Expresión. De este modo, el distrito escolar fue condenado a pagar a los abogados de Mama Bears las costas, 107.500 dólares, y además a las madres un total de 17,91 dólares por «daños personales».
«El pago de honorarios es una cuestión importante de nuestras leyes de derechos civiles; y los demandantes que puedan demostrar que los funcionarios del gobierno les censuren tienen derecho a que los infractores paguen los honorarios de sus abogados, al igual que cualquier otra forma de discriminación ilegal. Esperamos que los miembros de la junta escolar y sus abogados tomen nota», declaró uno de los abogados de Mama Bears.
El tribunal también ordenó al distrito no prohibir a los demandantes o a cualquier «orador actual o futuro con derecho a hablar en una reunión de la junta escolar de FCS, leer o citar textualmente el texto de cualquier libro u obra escrita disponible en FCS, en su biblioteca o aulas, mientras se dirige a la junta escolar durante el período de reuniones de la junta escolar».
Lo que ocurrió hace exactamente año, en febrero de 2022, es que una madre, miembro de Mama Bears, se empeñó en leer solo y precisamente las páginas de un libro que estaba disponible en la biblioteca (concretamente un libro de Jonathan Safran Foer) de la escuela secundaria de su hijo donde se describía una felación. La madre fue interrumpida por los miembros de la junta, pero en la siguiente reunión volvió a intentar leer solo ese párrafo, hecho que produjo el envío de una carta en la que se le prohibía asistir a las reuniones.
Mama Bears presentó su demanda ganadora en julio de 2022, por la que no solo ha conseguido el pago de los honorarios de sus abogados y el reconocimiento de su derecho a la «libre expresión», sino también el derecho a leer cualquier texto disponible en la escuela, incluidos los pornográficos, los únicos que realmente esa madre quiso leer en las reuniones de la junta escolar del colegio de su hijo.
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