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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósMadrid

Otro lleno y desfile de mansos en la tarde de San Isidro

Petición de oreja a Paco Ureña y digna confirmación de Alejandro Chicharro

Actualizada 11:06

Paco Ureña, este día de San Isidro en Las Ventas

Paco Ureña, este día de San Isidro en Las VentasEFE

En el día de San Isidro, conviene recordar que los madrileños se han identificado siempre con la Fiesta de los toros: «El público madrileño ha llegado a identificarse de tal manera con nuestra espectáculo, que forma parte integrante de su manera de ser. En todo tiempo, las corridas de toros han influido poderosamente en este pueblo. Diríase que, con ellas, iba el engrandecimiento progresivo de la población». Así lo afirma Pascual Millán en su clásico libro Los toros en Madrid, de 1890.

Ciento treinta y cinco años después, el día del Patrón de Madrid, la Plaza de Las Ventas vuelve a llenarse, aunque en el cartel no hay primeras figuras. Asiste a la corrida el Alcalde de Madrid.

Los toros de Valdefresno, de encaste Lisardo-Atanasio, cercanos todos a los seiscientos kilos, dan muy mal juego: mansos y deslucidos todos, salvo el noble segundo.

Por su valentía y su clasicismo, Paco Ureña es un torero muy querido por el público madrileño. El segundo toro, bien armado, no se entrega en el capote. Después de la primera vara, cae; sale huyendo de la segunda, mínima. Se dobla bien por bajo Ureña y el toro mejora, embiste con cierta nobleza: lo engancha bien en los derechazos de mano baja. Cita de frente, dándole el pecho, y el público entra pronto en la faena, muy de verdad. Los naturales, despatarrado, con desmayo, levantan olés. La espada queda delantera y desprendida.

El toro se resiste a caer: algunos se impacientan (mal); otros lo valoran (bien): suena un aviso, todo queda en petición de oreja y aplausos al toro.

El cuarto es un bonito salpicado, que se cuela en los lances de recibo, da mal juego en los primeros tercios y pronto se raja a tablas. Lo saca de allí Ureña pero sus esfuerzos son baldíos: es un manso deslucido, que sólo admitiría una lidia a la antigua y eso hoy, como cantaba María Dolores Pradera, «no se estila». Ha sido un toro bonito, por su capa, para verlo en un museo; para la lidia, una birria. Mata a la tercera.

En un momento de mucha uniformidad, David Galván ha logrado «entrar» en Las Ventas por la singularidad artística de su estilo. Sale suelto el tercero, cumple en varas. En la muleta, queda corto y se cuela, huye a tablas. David aguanta, impávido, pero el toro se para, no permite lucimiento. Se cruza al pitón contrario pero la porfía es inútil. Mata pronto pero no bien.

David Galván, este jueves en Las Ventas, que pitó a los dos toros de su lote

David Galván, este jueves en Las Ventas, que pitó a los dos toros de su loteEFE

Sale muy suelto el quinto, huye a chiqueros, sin fijeza alguna. Se luce en banderillas Juan Carlos Rey, un buen profesional. Sorprendentemente, Galván brinda al público. Después del primer muletazo, se va el toro al otro extremo del ruedo. ¿Por qué no lo ha toreado desde el comienzo en chiqueros, donde el toro quería irse? La rutina actual. Este toro es quizá el más manso, en una corrida de mansos: huye hasta de su sombra, decían antes. La porfía de Galván es inútil. Se equivocó al brindarlo. Después de recorrer todo el ruedo, acaba entrando a matar… en chiqueros, donde el toro quería estar. Aprovechando una arrancada, le mete la espada, a la segunda.

Confirma la alternativa el madrileño de Miraflores de la Sierra Alejandro Chicharro, de 21 años. La tomó hace un par de meses, en las Fallas; su experiencia como matador es escasa. Abrió la Puerta Grande de Las Ventas el día de su presentación como novillero, gracias a dos grandes estocadas (luego, se ha mostrado más irregular, en esta suerte).

Alejandro Chicharro confirmó la alternativa hoy en Las Ventas

Alejandro Chicharro confirmó la alternativa hoy en Las VentasEFE

El primero, regordío, sale muy suelto, mansea, huye a chiqueros; la lidia es complicada. Además, flaquea. Buen gesto de Fernando Sánchez, banderilleando al sesgo . Chicharro , muy firme, se esfuerza por sujetarlo, bajando mucho la mano; aguanta embestidas bruscas y parones de un toro que se quiere ir, acaba en tablas. Prolonga la faena cuando ya el toro pedía sólo una lidia de dominio: suena el aviso antes de entrar a matar. A la segunda, logra una estocada defectuosa.

El último se le cuela de salida y además flaquea mucho. La suerte de varas es un desastre. Para colmo, llega ahora, con retraso, la anunciada tormenta de agua. En banderillas, Fernando Sánchez (al sesgo, para evitar capotazos inútiles) e Iván García colocan grandes pares, con torería y exposición. Con todas las circunstancias en contra, Chicharro no se amilana: llama al toro desde el centro, se empeña en sacarle muletazos, a pesar de su evidente mansedumbre. Concluye con manoletinas y mata, volcándose: ovación de despedida.

Alejandro Chicharro, con el primero de la tarde

Alejandro Chicharro, con el primero de la tardeEFE

A la salida de la Plaza, bajo el agua, canturreo yo a Bob Dylan: sí, también en la Tauromaquia, «tiene que llover a cántaros» para librarnos de los toros mansos y flojos.

POSTDATA. Hay noticias –o leyendas– de fiestas taurinas en Madrid desde la Edad Media. Lo atestigua el ilustrado don Nicolás Fernández de Moratín en un popular poema en quintillas, que canta las hazañas del Cid:

«Madrid, castillo famoso,
que al rey moro alivia el miedo,
arde en fiestas en su coso
por ser el natal dichoso
de Alimenón de Toledo (…)

Sobre un caballo alazano,
cubierto de galas y oro,
demanda licencia, ufano,
para alancear un toro
un caballero cristiano».

Hubo fiestas taurinas en la Plaza Mayor madrileña; luego, hubo corridas en las Plazas del Buen Retiro, la Puerta de Alcalá (1749-1874), Los Campos Elíseos (1864-1881), el Puente de Vallecas (1864-1926), la Carretera de Aragón o la Fuente del Berro (1874-1934) y Tetuán de las Victorias (1870-1936). Y, en Carabanchel, la de Vista Alegre.

La Plaza de Las Ventas se inauguró el 17 de junio de 1931. Esa tarde, actuaron los espadas Fortuna, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Fausto Barajas, Luis Fuentes Bejarano, Vicente Barrera, Armillita Chico y Manuel Bienvenida. El cartel de la «Gran corrida de inauguración» lucía la bandera tricolor, republicana, la propia del momento.

Siendo Alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván aceptó participar en un coloquio en defensa de los toros que organicé en el Ateneo, con Rafael Alberti, Antonio Gala y conmigo.

Como la Fiesta es del pueblo madrileño (y del pueblo español), la han respetado los políticos de todos los partidos. Hasta el feliz advenimiento del ministro Urtasun, en esta España de Pedro Sánchez…

ficha

  • Madrid. Plaza de Las Ventas, Jueves 15 de mayo. Lleno.
  • Toros de José Enrique Fraile de Valdefresno: salvo el noble segundo, todos los demás, mansos, flojos y deslucidos.
  • PACO UREÑA, de coral y oro, en el segundo, estocada corta defectuosa (aviso, petición y saludos) .En el cuarto, dos pinchazos y estocada (silencio).
  • DAVID GALVÁN, de azul y oro, en el tercero, estocada (silencio). En el quinto, pinchazo y estocada, aprovechando el viaje (silencio).
  • ALEJANDRO CHICHARRO, de caña y oro, que confirma la alternativa, en el primero, pinchazo y media defectuosa (aviso, silencio). En el sexto, estocada (ovación de despedida).
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