Rafael G. Garrido
Entrevista al presidente de Plaza 1
Rafael G. Garrido, empresario de Las Ventas: «Me gustaría que las corridas de toros volvieran a TVE»
El también consejero delegado de Nautalia añade que desde el coso madrileño el nuevo impulso de los toros se ha extendido por toda España
En estos tiempos en el que cualquiera puede organizarse por sí mismo las vacaciones (basta con disponer de acceso a internet para adquirir un billete, alquilar una casa, reservar un piso turístico, un hotel o una pensión), Rafael García Garrido ha encontrado la fórmula del éxito para su negocio turístico: una oferta singular que incluye –entre otras cosas– el reclamo de un gran espectáculo, mejor si se desarrolla a lo largo de varios días, incluso semanas. La Fiesta de los toros es su mejor señuelo: Madrid y Valencia, dos cosos de primera categoría, están en sus manos, y por el número asombroso de espectadores que durante la pasada temporada colmó sus graderíos, el empresario madrileño se ha marcado un «pleno».
Tiene Rafa G. Garrido el atractivo del hombre de negocios que no marca distancias con su interlocutor, a pesar de que se le adivina fortaleza llegada la hora de defender sus intereses ante los apoderados de las grandes figuras del toreo. Es elegante en el vestir, amable en sus maneras, habla con pausa y mira de frente al entrevistador. Nos encontramos en su despacho, unas oficinas diáfanas y acristaladas. Es consciente de que sus hombros cargan con buena parte del futuro de la tauromaquia.
–El empresariado taurino tiene, por tradición, una configuración que se antojaba inamovible. Por un lado, están los grupos familiares, sagas que han ido heredando el negocio de generación en generación; por otro, ciertos toreros retirados y algunos propietarios de plazas que realizan una gestión directa desde los tiempos del Diluvio Universal. Y, de pronto, aparecen caras desconocidas, empresarios jóvenes, independientes. ¿Cómo fue recibido Rafael G. Garrido por el sector?
–Con escepticismo, especialmente durante los primeros años, pues el negocio del toro tiene características endogámicas. Creo que me he ido ganando el respeto del mundo taurino. No en vano, llevo ya dos lustros al frente de la primera plaza del mundo y he organizado mas de quinientos festejos en cosos de primera categoría. Puedo considerarme un empresario con experiencia.
Soy abonado a la plaza de Madrid desde hace más de cuarenta años. Ahora mi experiencia es otra, como profesional descubres que hay elementos de la tauromaquia que son diferentes
–El dibujo circular de la plaza ayuda a que cualquier espectador tenga una visión completa de lo que sucede en el ruedo y en el callejón, por lo que no se escapa que Rafa G. Garrido está presente tarde tras tarde cerca del burladero de capotes. ¿Cómo ha sido su crecimiento como aficionado?
–Soy abonado a la plaza de Madrid desde hace más de cuarenta años. Con ocho ya ocupaba una localidad en el Tendido bajo del 4. Ahora mi experiencia es otra, porque cuando te conviertes en profesional descubres que hay elementos de la tauromaquia que son diferentes a cómo los veías desde el graderío: unos pocos te decepcionan y otros te impresionan todavía más.
–Nautalia promociona los toros como una oferta turística global en ciudades como Madrid y Valencia. De hecho, en los aledaños de Las Ventas se congregan muchos aficionados de otros países de Europa y de Iberoamérica, que nos visitan con motivo de la feria de San Isidro y la de Fallas. ¿Se pueden manejar los toros como apéndice de otro negocio?
–Los toros tienen entidad como negocio por sí mismos. Sin embargo, cuando llegamos a Las Ventas había bajado el interés social porque no estaban integrados en el ocio de la ciudad con el nivel que merecen, como el fútbol o un gran concierto. Ahora, después de mucho trabajo, se consideran uno de los acontecimientos más importantes que suceden en Madrid y a los datos me remito: por la Monumental –tanto durante la temporada taurina como durante el invierno, con la organización de conciertos– pasa más de un millón de espectadores.
El empresario de Las Ventas Rafael Garrido
–Los carteles del próximo San Isidro se darán a conocer el 5 de febrero. Años atrás, las empresas esperaban a la conclusión de Castellón, Valencia y Sevilla para incluir en Madrid a los posibles triunfadores de esas ferias. El cambio de paradigma perjudica a los nuevos valores (novilleros y matadores de toros), porque no quedan huecos para ellos. Mario Navas, por ejemplo, tan apreciado en Las Ventas y que tomó una alternativa de lujo en Valladolid (2024), ha pasado 2025 en su casa porque nadie le ha llamado para torear. ¿Cómo habría que promocionar a estos jóvenes valores?
–En efecto, estamos a comienzos de diciembre y ya estamos rematando San Isidro. En todo caso, los nuevos valores se promocionan de la misma manera que siempre, aunque ahora no puedan contar con la inmediatez. Si un torero triunfa, tiene asegurado un lugar en nuestras ferias. Pero en estos tiempos es inviable que los carteles salgan unas semanas antes de que comience el serial. Con la oferta de ocio tan rica que cuenta la ciudad, ningún espectáculo soportaría esa vieja costumbre. En Las Ventas estamos hablando de un aforo diario de veintitrés mil personas, lo que nos ha exigido adelantar los plazos para la renovación y compra de abonos y entradas sueltas. En todo caso, si un torero triunfa en una u otra plaza, tiene mi garantía de que acabará anunciado en Madrid.
–Antes era habitual la repetición por méritos: si un torero cortaba una oreja o salía por la puerta grande, volvía a hacer el paseíllo a la semana siguiente. ¿Por qué ya no es posible?
–Porque los festejos ya están hechos, cerrados. Esta época es distinta; como le decía, la oferta de ocio en Madrid es tan amplia que el público planifica con mucho tiempo el espectáculo al que quiere asistir.
Nuestro planteamiento inicial era conseguir que por cada diez jóvenes que acudieran a los toros, al menos uno de ellos se aficionara; los datos demuestran que hemos multiplicado ese número por nueve
–Considero que no se ha reconocido suficientemente el papel que ha jugado Plaza 1 en el repentino del interés de los jóvenes por los toros. Guardo en la memoria la salida a hombros, durante el San Isidro de 2024, del novillero Jarocho: fue la primera vez que me asombró que el ruedo se llenara de cientos de chavales (antes eran seis o siete capitalistas entrados en años). ¿Cómo ha contribuido su empresa a este fenómeno?
–Hemos sido los primeros en ondear la bandera que han seguido los jóvenes para llegar a la plaza. Es desde Las Ventas donde esta revolución taurina se ha extendido por toda la geografía. ¿Cuál ha sido el secreto? Brindarles una oferta de entretenimiento posterior a la corrida. Como el espectáculo que se celebra en el recinto es tan grandioso, muchos han decidido conocerlo. Bien es verdad que hace diez años yo era el empresario más joven en plazas de primera, y traía una larga experiencia en el negocio del ocio. Además, tengo hijos de esas edades, lo que me ha ayudado a brindar a su generación la oferta que estaban buscando.
–¿Acepta Plaza 1 la responsabilidad de educar a esta nueva afición?
–Debe ser una responsabilidad compartida por todos. Los empresarios tenemos que ser conscientes de que estamos creando un seguro para el futuro, para la continuidad de la afición. Nuestro planteamiento inicial era conseguir que por cada diez jóvenes que acudieran a los toros, al menos uno de ellos se aficionara; los datos demuestran que hemos multiplicado ese número por nueve. En la Monumental de Las Ventas han encontrado una magia especial, y no solo como escenario taurino.
–Hay quien le acusan de haber montado una discoteca.
–Todo el mundo tiene derecho a opinar, pero los hechos nos dan la razón: la plaza está más viva que nunca, tiene más abonados que nunca y despierta más interés que nunca. Algo estaremos haciendo bien.
–Morante se ha marchado, después de las despedidas de figuras como El Juli, Enrique Ponce o Pablo Hermoso de Mendoza; de toreros muy queridos por Madrid, como Fernando Robleño; de otros que eran garantía de buenas entradas, como Cayetano, y de otros más modestos, como Javier Castaño o Joselito Adame. Quedan José María Manzanares, Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella, Diego Urdiales, Antonio Ferrera, Paco Ureña, Uceda Leal, Manuel Escribano, El Fandi… toreros extraordinarios pero que suman casi doscientos años de alternativa… ¿No es la falta de relevo en el escalafón el mayor peligro que afronta la Fiesta?
–Es necesario planificar ese relevo y ayudar al elenco de toreros que viene por detrás de todos esos nombres. Me refiero a artistas tan importantes como Emilio de Justo, Borja Jiménez, Tomás Rufo, Fernando Adrián, Pablo Aguado, Juan Ortega, David de Miranda, Víctor Hernández… Tenemos una cantera importante para sustituir a los que se van retirando.
La televisión es lo que crea afición, porque lo que no se ve no existe. Me gustaría que las corridas de toros volvieran a la televisión pública nacional
–¿Es rentable el negocio de gestión de una plaza de primera categoría sin televisión?
–Es muy difícil.
–¿Nautalia puede entrar en el negocio de una plataforma especializada en tauromaquia?
–Por ahora, estamos analizando su viabilidad.
–¿Qué prefiere, cantidad de retransmisiones o calidad a la hora de elegir los carteles que se deben televisar?
–Siempre calidad y San Isidro es una garantía de calidad a lo largo de toda la feria. Tenga en cuenta que el pasado San Isidro ha sido el más difundido de la historia gracias a Telemadrid, que ha retransmitido todos los festejos en abierto, al igual que otras cadenas autonómicas que emitieron las corridas del fin de semana, lo que ha llevado toros a todos los rincones de España y del mundo gracias a las conexiones por internet. Eso es lo que crea afición, porque lo que no se ve no existe. Me gustaría que las corridas de toros volvieran a la televisión pública nacional.
Aunque en ocasiones me conviertan en foco de sus enfados, lo que se conoce como el Tendido 7 forma parte de la idiosincrasia de Las Ventas. Son parte fundamental de la plaza
–¿Han triunfado los espectáculos no taurinos en Las Ventas?
–En Madrid no podemos hacer conciertos masivos porque la plaza se tiene que adecuar a la normativa de seguridad y evacuación, lo que no es posible dado el diseño de este edificio histórico. En invierno hacemos espectáculos para unas tres mil personas en la carpa que instalamos en el ruedo, y están casi todos llenos. Además, ofrecemos esa misma carpa para la realización de eventos privados, lo que funciona muy bien.
–Acaba de asistir a un encuentro con la Asociación del Toro, a la que pertenecen muchos aficionados del sector «duro» de las Ventas, que se sienta en el Tendido 7. ¿Cómo es tu relación con ellos?
–Siempre que me reúno con los aficionados que ha mencionado, el ambiente es de respeto y cordialidad. El mismo respeto con el que trato a todas las personas que compran una localidad. Aunque en ocasiones me conviertan en foco de sus enfados, lo que se conoce como el Tendido 7 forma parte de la idiosincrasia de Las Ventas. Son parte fundamental de la plaza. Dicho lo dicho, la responsabilidad de gestionar la temporada me obliga a seguir la estrategia que tengo marcada para alcanzar mis objetivos, que pasan por asegurar el bien de la Fiesta y la satisfacción de todos los espectadores, sea cual sea su sensibilidad taurina.