piedad goya
La 'Piedad' de Goya, valorada en 3 millones de euros, se queda sin comprador
La obra datada hacia el año 1774 fue declarada inexportable en 2014 por tratarse de una obra de gran rareza y representativa del periodo temprano del autor
Una Piedad pintada por Francisco de Goya en su juventud y con muy buen estado de conservación se ha quedado sin comprador en una subasta celebrada ayer en la sala Abalarte de Madrid, según han confirmado fuentes de la casa de subastas.
La obra, inédita hasta 2011, está datada hacia el año 1774, fue declarada inexportable en 2014 por tratarse de una obra de gran rareza, y representativa del periodo temprano del autor. El lienzo tiene una clara relación con las últimas escenas del ciclo de la vida de la Virgen que realizó el maestro aragonés en la iglesia de la cartuja de Aula Dei de Zaragoza, monasterio zaragozano al que llegó tras volver de Roma en julio de 1771.
La casa de subastas de la calle Juan Bravo ha expresado que la composición de la obra se puede relacionar con la Piedad de Annibale Carraci de la Galería Nacional de Capodimonte, y también con la de Miguel Ángel en el Vaticano o con la que hizo para los Colonna, todas ellas obras que debió de conocer en su viaje a Italia.
El profesor de la Universidad de Zaragoza y Doctor en Historia del Arte, Arturo Ansón Navarro, fue requerido en 2008 por su entonces propietario, un barcelonés que acababa de adquirir el cuadro a los herederos de un coleccionista zaragozano, para que confirmara si su autor era Francisco Bayeu. Ansón, especialista tanto en un pintor como en otro, rápidamente reconoció en el rostro de la Virgen la efigie similar que Goya pintó para La Caridad en una de las pechinas de la Regina Martyrum.
El profesor de la Universidad de Zaragoza y Doctor en Historia del Arte, Arturo Ansón Navarro, fue requerido en 2008 por su entonces propietario, un barcelonés que acababa de adquirir el cuadro a los herederos de un coleccionista zaragozano, para que confirmara si su autor era Francisco Bayeu. Ansón, especialista tanto en un pintor como en otro, rápidamente reconoció en el rostro de la Virgen la efigie similar que Goya pintó para La Caridad en una de las pechinas de la Regina Martyrum.
«El estado de conservación de esta obra es muy bueno, casi excepcional, manteniéndose el bastidor antiguo y su tela de cáñamo original sin reentelar», han destacado desde Abalarte.
La obra formó parte de Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas en 2015, una muestra que se expuso el Museo Goya de Zaragoza en colaboración con la Obra Social de Ibercaja, Fundación Goya en Aragón y el Museo del Prado. En el catálogo de aquella exposición, comisariada por Manuela Mena, la máxima autoridad de Goya, calificó el cuadro «de gran calidad», donde destaca la «magistral interpretación de la luz» sobre las distintas superficies de la composición, lo que permite «atribuir esta pintura a Goya sin género de dudas».
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