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20 de abril de 2024

Mariano Fortuny de Madrazo

Mariano Fortuny de MadrazoReal Academia de la Historia

El arte de Mariano Fortuny de Madrazo, el Da Vinci español del siglo XX

Fortuny desarrolló diferentes facetas artísticas como pintor, grabador, fotógrafo, diseñador textil, diseñador de moda y escenógrafo

Cuando el 11 de mayo de 1871 nació en Granada Mariano Fortuny Madrazo, se puede decir que su futuro estaba marcado. Su padre, Mariano Fortuny Marsal, fue uno de los mejores pintores españoles del siglo XIX después de Goya. Su madre, Cecilia de Madrazo, era miembro de una familia de pintores. Federico de Madrazo, su padre, aparte de pintor, fue director del Museo del Prado. Con esta herencia, Fortuny desarrolló diferentes facetas artísticas como pintor, grabador, fotógrafo, diseñador textil, diseñador de moda y escenógrafo.
La temprana muerte de su padre, a los 36 años, marcó su vida. Con su madre y su hermana María Luisa se trasladaron a París. Hasta ese momento vivían en Roma. Empezó a estudiar dibujo y química. Tuvo como maestro de pintura a Jean-Joseph Benjamín-Constant. Allí estuvieron desde 1875 a 1888. Ese año su madre decidió trasladarse al Palacio Martinengo de Venecia.
La vicaría, 1870 (Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona)

La vicaría, 1870 (Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona)

Su llegada coincidió con la muerte, en el Palacio Vendriamin, de Richard Wagner. Su música inspiró al joven Fortuny una colección de cuadros, que se consideran los mejores de aquella época. Wagner estuvo ligado a Fortuny a lo largo de los años. En Venecia Cecilia de Madrazo comenzó una nueva etapa. Tuvo problemas económicos y vendió parte de la obra y telas que coleccionaba su marido. El Palacio Martinengo evocaba el estudio de su esposo en roma. Ahí continuó coleccionando telas antiguas y amplió la colección. Cecilia de Madrazo murió en 1932. Su hija María Luisa le sobrevivió cuatro años. La colección de telas las heredó su hijo Mariano.
Inició su carrera pictórica exponiendo en Londres (1894 y 1897), París (1899), Milán (1900) y Barcelona (1922). El coleccionismo textil de su madre hizo que se dedicara a la creación de diseños textiles. Se instaló en el Palacio Pesaro degli Orfei de Venecia en 1906. Este palacio alquilaba diferentes estancias a los creadores. Con el tiempo, Fortuny lo adquirió por parres, hasta acabar siendo su propietario.
En Paris conoció a Henriette Negrín, con la que se casaría. En el palacio estableció su taller de pintura y textil. Dentro de esta faceta registró patentes (1909 y 1911); creó la sociedad Mariano Fortuny para comercializar tejidos; y en 1919 la Sociedad Anónima Fortuny, en la Giudecca, para imprimir papeles pintados, fotografías y tejidos. Asimismo, se dedicó al mundo de la moda. Se centró en la Antigua Grecia. Fortuny creó el «Velo Knossos», de seda, con forma rectangular y diseños geométricos asimétricos; el vestido «Delphos»; desarrolló un sistema para hacer plisados con seda y terciopelo con máquinas, y desarrolló tintes. Orson Wells vistió sus trajes en Otelo. Charles Chaplin le compró más de 30 vestidos. El «Delphos» lo llevó Lauren Bacall cuando recogió el Oscar en 1979.
Vestidos Delphos diseñados por Mariano Fortuny

Vestidos Delphos diseñados por Mariano Fortuny

Además inventó el Sistema Fortuny de iluminación. Consistía en una iluminación escénica por luz indirecta. Era una cúpula de hierro y tela, que englobaba la escena y actuaba como foco de luz. El éxito fue inmediato. Lo utilizó, por ejemplo, para diseñar los decorados del Tristán e Isolda de Wagner, que estrenó en La Scala de Milán en 1900. El Sistema Fortuny se inspiró en Wagner, al cual se lo dedicó.
También patentó la conocida lámpara Fortuny, metálica en seda, para interiores. Por lo que respecta a su pintora está vinculada al estilo modernista. Pintó temas venecianos, retratos femeninos y vagnerianos. Actualmente en Venecia puede visitarse el Museo Fortuny Madrazo, instalado en su Palacio, donde se conserva su colección de arte y textil; la fábrica en la Giudecca y una tienda cerca de la Plaza de San Marco.
Cuando empezó a crecer la demanda de sus trabajos textiles y en papel, decidió trasladar la producción fuera de su palacio para poder ampliar la producción. En un antiguo convento de la Giudecca se instaló la fábrica Fortuny. Al haber aumentado el precio de la seda, empezó a experimentar con el algodón. Sus técnicas para tratar el algodón aún siguen siendo un secreto muy bien guardado. En 1927, la diseñadora de interiores Elisie McNeil Lee, famosa en Nueva york, vio las telas de Fortuny en el Museo Carnevalet de París. Quedó entusiasmada. Viajó a Venecia y convenció a Fortuny para que ella fuera la distribuidora de sus telas en América. En 1928, Elisie abrió una tienda en la avenida Madison 509 de Nueva york, donde empezó a vender, en exclusiva, las telas y vestidos de Fortuny.
El crack bursátil de 1929 de la bolsa de Nueva York casi arruinó a Fortuny. Tuvo que hipotecar la fábrica de la Giudecca para seguir trabajando. Su salvadora fue Elsie McNeil. Con su ayuda sacó al mercado varios modelos de lámparas, patentó un papel fotográfico de especial calidad y estrenó en la Ópera de Roma nuevos decorados para Los maestros cantores de Núremberg de Wagner. Asimismo, en 1933 comercializó «Témpera Fortuny», colores especiales para la pintura al temple que había perfeccionado a lo largo de los años.
Pasaron los años y Fortuny recuperó la estabilidad económica. Al estallar la Segunda Guerra Mundial se recluyó en su palacio veneciano, sin apenas salir, dedicando su tiempo a pintar. En 1940 es nombrado, por segunda vez, vicecónsul de España en Italia. En 1948 es nombrado académico de Bellas Artes de San Fernando. Cuando su salud empezó a empeorar, inició gestiones para ceder su palacio y su colección de pinturas y textil a España, a cambio de su mantenimiento. España rechazó el ofrecimiento de Fortuny.
Mariano Fortuny de Madrazo falleció en Venecia el 3 de mayo de 1949, como consecuencia de un cáncer de estómago. Fue enterrado en el Cementerio de Verano de Roma. Su viuda Henriette donó al estado español obras de arte, telas y vestidos. Actualmente se exhiben en la Sala Fortuny del Museo del traje de Madrid. En compensación se le concedió la Encomienda de Alfonso X el sabio y el Lazo de Isabel la Católica. El palacio y la colección que él quería ceder a España pertenecen, hoy en día, al patrimonio del Comune veneciano desde 1966.
A petición de Henriette, cuando murió su marido, Elsie se hizo cargo de la fábrica de la Giudecca y la empresa. La Contessa Elsie conservó el legado de Fortuny hasta su muerte, 15 de abril de 1994. Actualmente el legado está en manos de Maged Riad y sus hijos Mickey y Maury.
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