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03 de mayo de 2024

Jimena Blázquez (a la derecha) junto a la artista Marina Abramovic

Jimena Blázquez (a la derecha) junto a la artista Marina AbramovicTwitter/Jimena Blázquez

Polémica en el CAAC

Cuando la izquierda se escandaliza por relevos en museos que practica constantemente

La elección de Jimena Blázquez como directora del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo sin concurso público ha indignado por el supuesto «dedo» que tantas veces antes pasó desapercibido para esos mismos indignados

Jimena Blázquez es la nueva directora del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) (en sustitución de Juan Antonio Álvarez Reyes, en el cargo desde 2010) a propuesta y nombramiento del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. El mundillo artístico andaluz (y español), mayormente de izquierdas y siempre bien posicionado en estos movimientos, independientemente del signo del Gobierno que toque, se ha visto sorprendido y como tal, se ha mostrado indignado y escandalizado por lo que consideran un nombramiento «a dedo», de esos mismos a los que se acostumbraba a mirar para otro lado cuando la decisión era del partido «correcto».

«Manual de Buenas Prácticas»

Como la decisión la ha tomado el Partido Popular y no ha beneficiado a ninguno de los suyos como es costumbre, el hormiguero artístico andaluz está completamente revolucionado, y se ha puesto a denunciar las prácticas que nunca antes se denunciaron cuando las decisiones políticas las tomaban otras siglas. Dicen que el nombramiento no está bien porque se ha hecho sin concurso público y contraviniendo el Manual de Buenas Prácticas en Museos y Centros de Arte por el que se rigen todas las pinacotecas españolas desde 2007, cuando se firmó un documento entre el Ministerio de Cultura y las asociaciones del sector para que se diera un concurso público con la existencia de un jurado paritario, según la Ley de Igualdad, de profesionales del arte contemporáneo.
Desde 2007, época del apogeo como presidente de José Luis Rodríguez Zapatero, todos estos profesionales del arte contemporáneo han permanecido inamovibles en una cómoda endogamia o la oligarquía cultural justificada en ese Manual de Buenas Prácticas elaborado por ellos mismos, más que como un manual, como una «constitución» de parte que ahora el nuevo Gobierno del PP se ha «saltado». Lo mejor es que, en realidad, no se ha saltado nada, y que la nueva directora Blázquez (conocida coleccionista y comisaria reconocida internacionalmente), según afirma la Junta, además de nueva directora del CAAC, tiene rango de directora general, un cargo cuyo nombramiento no necesita concurso público y que corresponde únicamente al Consejo de Gobierno.

Cambio de «régimen cultural»

Esta «soltura» del Gobierno andaluz, un «pecado» intolerable para la izquierda dominante en el sector, que ha pasado por encima de décadas de control férreo de una casta «cultural» aferrada a lo público, ha producido el correspondiente terremoto que nadie, sobre todo ellos, se esperaba. Un pequeño cambio de «régimen» cultural impensable al que ha reaccionado toda la «parte», empezando por la comisión técnica del CAAC, formada por comisarios y profesionales del arte como Estrella de Diego, experta en teoría de género y en estudios poscoloniales, o Luis López Moreno, comisaria, entre otras, de Prensadas, exposición en el CAAC sobre «la mujer como sujeto social», que han terminado dimitiendo en pleno por lo sucedido.
Cuántas veces, en el ámbito cultural (y en el no cultural: los amigos del presidente Sánchez ocupan algunos de los cargos institucionales de mayor relevancia en España sin justificación ni mérito), se ha levantado la voz ante los nombramientos en las últimas décadas. No muchas, y se dice sin recordar casi ninguna en un ámbito secreto, oculto a la luz pública que solo ahora ha aparecido en ella porque se han removido los cimientos habituales, las «normas» creadas por los «dueños» del chiringuito cultural que ahora claman por la «tropelía» de que el Gobierno de turno haya nombrado a una que no es de los suyos (a la que además torpedean sin mucho tino por el currículum), después de décadas «nombrándose» los unos a los otros.
Para empezar, o para terminar, el caso del mismísimo director cesante del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes (cuyo trabajo Blázquez ha afirmado admirar y prometido respetar por un año entero), 14 años, se dice pronto (al estilo de Borja-Villel [15] como director del Reina Sofía) al frente del Centro, gracias a los dos mandatos renovados precisamente por esa comisión técnica que ahora clama al cielo y que ha dimitido en bloque, antes, como es de prever, de que les cesen a ellos.
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