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20 de abril de 2024

GRAF5504. MADRID, 15/12/2021.- La sobrina nieta, y legataria, de Juan Ramón Jiménez, Carmen Hernández-Pinzón, este miércoles en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en Madrid, que alberga desde hoy el legado in memoriam del poeta Juan Ramón Jiménez. EFE/ Kiko Huesca

 La sobrina nieta de Juan Ramón Jiménez, Carmen Hernández-PinzónEFE/ Kiko Huesca

El Instituto Cervantes hereda la vocación universal de Juan Ramón Jiménez

En un sencillo acto se han donado al Instituto Cervantes algunas primeras ediciones y revistas literarias del autor de Platero y yo

La Caja de las Letras del Instituto Cervantes alberga desde este miércoles el legado in memoriam del poeta onubense Juan Ramón Jiménez, Nobel de Literatura 1956 y figura inmensa de las letras universales. En un acto sencillo, pero emocionante, se ha querido gestualizar el recibimiento de algunas primeras ediciones y revistas literarias del autor de Platero y yo
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha insistido en la importancia de este gesto que resume el espíritu del trabajo gustoso, aludiendo a las conferencias en las que Juan Ramón disertó sobre la necesidad de un trabajo vocacional; un trabajo que, según el poeta, es el origen de la cultura concebida como vocación universal.
Luis García Montero ha insistido en dos aspectos claros de la labor de Juan Ramón:
«Una tiene que ver con su idea de lo que debe ser el trabajo gustoso, ya que hay personas que tienen la suerte de poder dedicarse a su vocación. Tener un empleo es necesario para llegar a final de mes, pero si se tiene vocación la labor se convierte en vida».
Y el segundo aspecto es el de la «vocación fundamental del escritor onubense de convertir la vida y el trabajo en un compromiso ético; como un jardinero o un mecánico que cuida las palabras para cuidar el lenguaje, tal y como los regeneracionistas del siglo XIX hablaban de la ética: quien sea poeta, que sea un buen poeta, haciendo inseparables ética y oficio. Por eso, heredamos la vocación del trabajo gustoso de Juan Ramón Jiménez».

Un andaluz universal

Además, García Montero, ha recordado cómo Juan Ramón Jiménez se calificaba como un «andaluz universal» y ha matizado que «está muy bien recordarlo en estos momentos en los que hay que saber defender las raíces en un compromiso por la universalidad que tanto anheló el poeta».
Por su parte, Carmen Hernández-Pinzón, sobrina nieta del autor, ha insistido en que «el autor está más vivo que nunca a través de la labor del Instituto Cervantes; una labor universal como la de Juan Ramón, que quiso universalizar Andalucía y que llegó a ser traducido a más de cincuenta idiomas». Y «una labor que, además le hizo sufrir sobremanera cuando se exilió, porque él concebía la lengua como algo vivo que, al abandonar España y su idioma, le convertía en un español perdido». 

Sufrir por el español

Hernández Pinzón ha insistido en la importancia de este gesto «justo ahora, que estamos asistiendo a unos días tristes de defensa de la lengua, quiero recordar cómo él sufrió por el español, porque, cuando se exilió a Estados Unidos, por lo que más sufrió fue por la lengua. Él decía que la lengua es algo vivo que se va transformando y le hizo sufrir tanto que tuvo que ser ingresado en hospitales psiquiátricos porque sufría por su lengua, porque se sentía deslenguado; de ahí que Zenobia se lo llevara a Puerto Rico». 
Por su parte, Antonio Ramírez, director de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, también ha manifestado que hoy Juan Ramón «retorna a Madrid como ese mito del eterno-retorno que se encarna en esta entrega de documentos, a esa ciudad donde se hicieron algunas de las revistas que hoy se guardan en el Cervantes».

La caja 1677 guarda su legado

El alcalde de Moguer y vicepresidente de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, Gustavo Cuéllar, ha declarado que «la huella de los artistas es inmensa y que esa huella tiene que ser protegida para transmitir el conocimiento»
Al final del acto, se han introducido en la caja 1677 el número 1, 2 y 3 de la revista Unidad y Presente, un ejemplar de Sí, de 1925 y otro ejemplar de Política poética, de 1936.
Representantes de la Fundación Zenobia y Juan Ramón Jiménez, también coorganizadores de este homenaje al autor, han guardado dos primeras ediciones de los poemarios Belleza y Poesía, en el que ya aparecen los grandes nombres de la Generación del 27
Por su parte, las editoriales Visor y Linteo, han donado la colección de las obras completas del poeta, así como distintos libros inéditos, que pasaran a su biblioteca patrimonial. 
Tras la celebración de este acto, se ha presentado la cuadragésimo segunda edición del Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, auspiciado por la Universidad Internacional de Andalucía, tal y cómo ha anunciado su rector José Ignacio García Pérez, también presente hoy en el Instituto Cervantes.
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