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Cubierta de La cacería

Detalle de cubierta de La caceríaEdebé

'La cacería': tecnología, muerte y ética. Entre el juego y la realidad en la era de la Inteligencia Artificial

Un thriller que combina la acción con profundos cuestionamientos sobre el avance imparable de la tecnología y sus implicaciones morales

David Lozano repite galardón del Premio Edebé con La cacería, siete años después de la publicación de Desconocidos. Este autor zaragozano atesora importantes premios que avalan su trayectoria, todos ellos con novelas para un público juvenil y con protagonistas mayoritariamente adolescentes. Estas siempre poseen una carga intrínseca de intensidad e intriga muy potente, junto con una alta calidad literaria.

Cubierta de La cacería

Edebé (2025). 279 páginas

La cacería

David Lozano

La temática de La cacería no es nueva en el autor, pues el mundo de los videojuegos ya lo trató en su premiada novela Donde surgen las sombras. Ahora, se aborda de manera enriquecida con todas las novedades tecnológicas posibles. La inteligencia artificial (IA) se convierte en la protagonista de este thriller, casi distópico, que nos introduce de lleno en un pueblo abandonado, escenario de una prueba experimental en la que tres parejas de jóvenes jugadores se enfrentarán en una competición a terribles retos creados por la IA en un poderoso videojuego de realidad mixta, VENARI, que permite vivir emociones y, sobre todo, sensaciones muy reales.

Este vocablo significa «caza» en latín. Sobre esto versa la experiencia narrada, pues nos sumerge en una sofisticada y abrumadora exhibición de avances tecnológicos que recrean, en este caso, la caza primitiva. Los jugadores, la mayoría de ellos conocidos perfiles en las redes sociales y adictos jugadores virtuales, poseen personalidades muy diferentes que se pondrán de manifiesto a lo largo del juego, en el que, durante seis horas, se convertirán en cazadores. En parte, podemos relacionarlo con cazadores tradicionales, pues se encuentran equipados con mapa, brújula y rifle amartillado, preparados para adentrarse en territorio hostil. Sin embargo, son principalmente cazadores tecnológicos, pues van aderezados con lentillas inteligentes proyectoras de minúsculas pantallas de MicroLed que les proporcionan información, puntos ganados o energía perdida, y unos sofisticados trajes con electroestimuladores que provocan reacciones físicas reales ante experiencias virtuales.

Todos tienen un objetivo común antes de que finalicen las seis horas de juego: matar a la mantícora, la criatura más peligrosa de toda la fauna fantástica, mitológica y literaria, que se supone escondida entre las ruinas del antiguo pueblo minero, «un paisaje que irradia la atmósfera atemporal de los pueblos olvidados».

La acción de la cacería discurre de forma paralela al seguimiento del juego por parte de los empresarios, ingenieros e incluso equipo médico que permanece al pie de las más sofisticadas pantallas. Guiado el lector en todo momento por un narrador omnisciente, siempre en tiempo presente y de una forma muy fluida, comienza pronto la duda de si los jugadores son unos privilegiados o se han convertido en unos conejillos de indias de la inteligencia artificial. Ellos no lo saben, pero han cruzado un punto sin retorno; no obstante, a todos les puede más la intriga, el espíritu competitivo y la pasión por los videojuegos, que la prudencia.

La novela me recuerda a los antiguos escenarios de los anfiteatros romanos, en los que se soltaban fieras hambrientas con el único fin de abalanzarse sobre cualquier presencia, dejándola completamente a su merced, ya fueran fieros gladiadores entrenados para matar o asustados cristianos. Es por ello que, más allá de cautivarnos con la aventura, la intriga, el juego y la persecución, Lozano busca que nos cuestionemos sin cesar preguntas vitales y morales: ¿tiene algún límite la IA, es ética su intervención en la vida del hombre?, ¿se puede convertir en una amenaza para el ser humano?, ¿podemos terminar siendo víctimas, en cualquier sentido, de dispositivos digitales o de cerebros cibernéticos?, ¿cuándo el ser humano va a dejar de estar guiado por el belicismo?, ¿por qué disfruta con la muerte de otros seres?

Desde mi punto de vista, la novela se convierte en una reflexión necesaria al imparable avance de la IA, que no entiende de ética ni de religión, que no distingue el bien del mal. Por otro lado, considero que es un tributo a la literatura universal de todos los tiempos, pues por las páginas desfilan la esfinge de Edipo rey, el fantasma de Canterville de Óscar Wilde, vampiros como el clásico de Bram Stoker, los orcos de El señor de los anillos, los velociraptores de Jurassic Park, recuerdos de un clásico de ciencia ficción como El juego de Ender, o los adolescentes que deben sobrevivir en El corredor del laberinto.

Lo más real de VENARI no son las pavorosas fieras a las que se enfrentan los jugadores, sino los sentimientos y las emociones que despiertan en ellos y que, al mismo tiempo, transmiten al lector, quien también sufre y se desespera inevitablemente.

Recomiendo la lectura de esta novela a jóvenes a partir de tercero de la ESO, ya que podrán aprender cómo la ambición sin límites conlleva sus riesgos, pues no siempre se es capaz de frenar lo que ya se ha puesto en marcha.

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