Fundado en 1910

29 de marzo de 2024

Paul McCartney en 1966

Paul McCartney en 1966GTRES

Cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta de que Paul McCartney cumplía los 80

Desde los trajes estrechos y los flequillos, y luego los bigotes del Sargento Pepper hasta los pelos largos y las barbas de los tejados de Abbey Road, (casi) todo sigue igual en el músico de Liverpool

Paul McCartney es el favorito de los Beatles para muchos. Para otros lo era John Lennon. Incluso para algunos lo fue George Harrison. Ringo Starr, que tiene 81 (uno más que Paul) siempre fue el que le puso la percusión a todo, no solo a las canciones, así que fue un favorito general, difuminado, y casi por ello privilegiado.
Que Paul McCartney tenga 80 años es una de esas informaciones repentinas impactantes porque nunca se piensa que alguien como Paul McCartney haya ido cumpliendo años hasta llegar a los 80 sin que uno se haya ido enterando. Y es así, McCartney, mi beatle favorito de niño, luego mi segundo y luego otra vez mi primero y así constantemente sin solución, ha cumplido 80 para que nos demos cuenta de que la vida pasa cuando no estamos pensando en que la vida pasa. A veces por suerte y a veces no tanto.
Paul McCartney en concierto el pasado mes de mayo en Inglewood, California

Paul McCartney en concierto el pasado mes de mayo en Inglewood, CaliforniaGTRES

Una de las imágenes y de los sonidos más encantadores (los Beatles eran absolutamente encantadores) que mi memoria guarda de los Beatles y de McCartney provienen de una famosa actuación ante la Reina Madre y la Reina Isabel: The Royal Variety Performance. George Harrison se adelantó con el micrófono y dijo: «Para Paul McCartney, de Liverpool, la oportunidad llama a la puerta».
Y entonces Paul apareció casi solo para interpretar Till There Was You, la balada que conocía por su prima, cuando les cuidaba a él y a sus hermanos de pequeños, escrita por Meredith Wilson para su musical de 1957 The Music Man.
Paul McCartney cantó aquella canción sobre el ritmo cincuentón de su bajo, meneando su cabeza en su movimiento característico, similar precisamente al saludo con las manos de la reina, pero con la cabeza, la barbilla siempre levantada, casi la mandíbula desencajándose en la suavidad de la melodía y de su vocalización, y uno ya definitivamente supo que era enorme a pesar de ser entonces tan pequeño.

Los Beatles eran la naturaleza en estado puro abriéndose camino sin que nadie pudiera hacer nada sino disfrutar

El repertorio de los Beatles así lo indicaba. Los Beatles eran tan grandes que después de eso John Lennon se dejaba la garganta con el Twist and Shout (antes de pedir en aquel concierto al público de los asientos más baratos que aplaudiese y a los de los asientos más caros que hiciera sonar sus joyas), como pasar del río plácido a los rápidos. Los Beatles eran la naturaleza en estado puro abriéndose camino sin que nadie pudiera hacer nada sino disfrutar y desgañitarse y sonreír llevados por esa brisa salvaje.
McCartney era (es) capaz de cantar bajo como en Yesterday y de ponerse en un grito con esos coros de She Loves You agitando el flequillo junto a George para el delirio de un público atrapado que no podía creerlo como no se puede creer que cumpla 80 años.
A Paul siempre se le dio bien desgañitarse, volverse loco, como removiendo, igual que en Helter Skelter, quizá para que no se apelmazaran, su sensibilidad y su talento siempre crecientes. De los Beatles a los Wings y luego en solitario para no parar nunca. Pero mi Paul McCartney se quedó con los Fab Four, con los trajes estrechos y los flequillos, y luego los bigotes del Sargento Pepper hasta los pelos largos y las barbas de los tejados de Abbey Road.
Entonces esa sonrisa permanente de los cuatro se había atenuado en un principio de tristeza comprensible, porque no ha podido existir nunca una alegría de vivir mayor. Quién no ha querido ser un Beatle desde el principio hasta el final, cantando y tocando y componiendo, viviendo, entre risas y gritos mientras la tierra se movía bajo sus pies.
A Paul McCartney se le murió su esposa Linda y después se casó otras dos veces. No hace mucho apareció en el coche de James Corden recorriendo los lugares de su infancia en Liverpool, como Penny Lane, mientras los dos se ponían a cantarla, Penny Lane, como niños en una excursión maravillosa. Donde cuenta que su madre muerta se le apareció y le dijo «Let it Be» y entonces se sintió bien y compuso la canción.
Es cuando las lágrimas aparecen en el viaje y Corden llora. Cómo no llorar yendo en coche con Paul McCartney y escuchando esas cosas y cantando con él las canciones de los Beatles mientras recorres Liverpool y entras, con él, hasta en su antigua casa, en medio de la emoción de la gente que le ve y que le recibe mejor de lo que le recibiría uno.
Gente como él. Personas de 80 años que pueden ir a verle actuar el próximo 25 de junio en Glastonbury donde se va a convertir en el artista de más edad que se planta en el escenario del famoso festival. Gente de 80 años, como él, que cantan y saltan y levantan las manos mientras suena, no sólo en su recuerdo, A Hard’s Day Night, por ejemplo. Hasta eso, lo nunca visto, lo ha conseguido Paul McCartney que sí. Que ha cumplido 80.
Comentarios
tracking