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24 de abril de 2024

Nasser Al-Khelaïfi y Luigi Carraro, presidente de la FIP durante el mundial celebrado en Catar

Nasser Al-Khelaïfi y Luigi Carraro, presidente de la FIP durante el mundial celebrado en QatarFIP

Futuro

Al-Khelaïfi revienta el mundo del pádel con un nuevo circuito profesional

El extenista y presidente del PSG hace saltar las alarmas del deporte de la pala anunciando un torneo para 2022

El mundo del pádel vive desde hace años en manos de la empresa World Padel Tour (WPT). Con buenos contratos y premios interesantes, ha logrado poner en la picota el deporte que practicaba José María Aznar en La Moncloa cuando nadie conocía en qué consistía.
El problema es que nunca ha existido competencia para el circuito profesional, que ha ido renovando el contrato con sus estrellas y patrocinadores año tras año sin encontrar problemas.
Pero ahora todo el mundo juega al pádel y, mejor aún, «todo el mundo que juega al pádel sabe de pádel», comenta Ramón, un profesor de pádel que ve pasar por sus instalaciones cientos de jugadores aficionados cada día.
WPT ha presentado su calendario más ambicioso para 2022, que incluye empezar en Acapulco y Miami; recorrer Estocolmo, Copenhague, Finlandia, Holanda, Portugal, Ámsterdam y Suecia en Europa; para acabar el año en Oriente Próximo, Buenos Aires y México. También quedará un hueco para España con Marbella, Vigo o Alicante y la gran final de Madrid.
Ese calendario tan viajero se entiende mejor tras conocer que el extenista Nasser Al-Khelaïfi, más conocido por ser presidente del PSG y menos por ser presidente de la Federación de Tenis de Qatar, quiere entrar en el negocio del pádel con un circuito paralelo apoyado por Qatar Sport Investments (QSI) con la intención de empezar ya en 2022, algo que no queda claro porque los contratos de los jugadores vencen el 31 de diciembre de 2023.

Venta de derechos

La fuerte competencia que hay en el mundo del pádel provoca que apenas los 15 primeros del mundo puedan vivir holgadamente con el dinero de los premios y patrocinadores, pero el resto tiene que completar ese sueldo con torneos privados o clases de pádel.
De los 10.000 euros que se lleva la pareja campeona de un Máster a los apenas 75 euros de una pareja de chicas que caiga en 1/16 de final de un Challenger.
Mientras la Federación Internacional de Padel (FIP) no regule los torneos, seguirán en manos privadas, al mejor postor. Los jugadores ya han creado la Professional Padel Association y han comentado que negociarán conjuntamente sus derechos.
Si el torneo de Al-Khelaïfi es capaz de hacerse con los servicios de palas como las de Alejandro Galán, Juan Lebrón, Paquito Navarro o Di Nenno dará un golpe de efecto que dejará herido de muerte al WPT.
El pasado mundial de pádel de Doha, que levantó España, fue el lugar donde se gestó el nuevo torneo. Las reuniones informales con los jugadores y el entorno en el que se jugó propiciaron un ambiente muy favorable.
En la actualidad hay más competencia que amenaza la supervivencia de WPT, como APT Padel Tour o el The Players Padel Tour, que intentan buscar jugadores a base de incrementar los premios.
Todo esto crea una punta de iceberg de oro en el mundo de la pala, pero deja desprotegidas a los aspirantes a ser profesionales porque les cierra las puertas casi por completo.
Desde dentro de las escuelas de pádel se pide una regulación parecida a la del mundo del tenis para evitar estas luchas internas que viven un capítulo definitivo tras el movimiento de Nasser Al-Khelaïfi.
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