
La isla de Aisla Craig
JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO
Ailsa Craig, la diminuta isla escocesa de donde salen las piedras de curling
Kays Curling es la empresa con los derechos de explotación del granito exclusivo para el deporte olímpico que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo
En una isla escocesa lejos de todo, colonias de pequeños pingüinos vigilan las canteras de granito. Con esta roca son fabricadas las piedras de curling que serán utilizadas en los Juegos Olímpicos de 2022, que empiezan hoy en Pekín hasta el 22 de enero.
Ails Craig es una pequeñísima isla situada a mitad de camino entre Glasgow, en Escocia, y Belfast, en Irlanda del Norte, que servía de refugio a los católicos que huían de las persecuciones de los protestantes en la Reforma en Escocia en el siglo XVI. Un kilómetro cuadrado reservado hoy para las aves y las focas.
Es aquí donde la empresa Kays Curling, que fabrica piedras de curling (el deporte en que los jugadores hacen deslizar en una pista de hielo piedras de granito con la ayuda de dos compañeros que calientan el hielo con sus escobas, para acercarla lo más posible a una diana que está en el suelo) desde 1851 y las suministra a todos los organizadores de Juegos de invierno desde la primera edición en 1924, extrae la roca, ya que tiene el derecho de explotación exclusiva.

Aisla Craig desde la costa de South Ayrshire
En la fábrica de Mauchline, cerca de Ayr (sudoeste de Escocia), levanta con precaución y acaricia una piedra, mientras que detrás de él se oye el ruido de las máquinas que trabajan sobre la roca durante cinco horas de trabajo para producir cada piedra, que pesa 19,96 kilos, con un diámetro de 28 centímetros.
«No hemos encontrado nunca hasta ahora ningún otro tipo de granito en el mundo que convenga para hacer una piedra de curling», añade. «Ha habido ensayos con una o dos otras fuentes con más o menos éxito, pero ninguna de ellas era tan buena como la piedra de Ailsa Craig».
Dos tipos de granito
En las canteras de esta isla volcánica se encuentran dos tipos raros de granito, perfectos para este deporte, que habría sido practicado por primera vez en los lagos helados de Escocia hace unos 500 años.
El Blue Hone, granito azul no poroso formado por erupciones volcánicas hace 60 millones de años, cuenta con propiedades que impiden al agua congelada erosionar la piedra. El Common Green, granito verde, resiste particularmente los choques. Ambos son ensamblados según una técnica llamada Ailserts.
«La parte baja de la piedra de granito azul que está en contacto con el hielo debe ser extremadamente dura, ya que el hielo puede ser muy abrasivo», explica Wylie. El menor pequeño obstáculo o bulto puede modificar la trayectoria de la piedra y hacer la diferencia entre una medalla de oro y una amarga decepción.

Ocaso en Aisla Craig
Las piedras producidas por Kays curling son exportadas a 70 países. La petición de piedras está en alza, según el director general de la empresa, Jim English, que cita entre sus mercados a Canadá, Estados Unidos, Suiza, o Austria. «Pero vendemos también a Sudamérica, Corea del Sur, Afganistán y Nigeria», asegura.
En un patio situado en el exterior de la fábrica, Wylie inspecciona una fila de piedras de curling desechadas, que serán recicladas. Como en cada edición, seguirá de cerca los Juegos de 2022, que comienzan el miércoles 9 de febrero para el curling con el torneo de dobles mixtos y un partido que enfrenta a Gran Bretaña contra Suecia.
«Estoy convencido de que el curling ganará en popularidad tras los Juegos de Pekín», afirma, prediciendo una «demanda elevada en los meses siguientes».