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Radicales propalestinos destrozando las vallas de seguridad en Atocha

Radicales propalestinos destrozando las vallas de seguridad en AtochaEFE

La izquierda radical arruina el fin de La Vuelta tras ser espoleada por Sánchez y España queda en mal lugar

Lamentable lo que se ha vivido en esta última etapa de La Vuelta ciclista a España. Lo que empezó como un bonito fin de fiesta, con los corredores brindando y felicitando a Jonas Vingegaard, ha acabado en violencia y sin que el pelotón pudiera entrar en Madrid. 50 kilómetros antes de la línea de meta, y a la altura del Palacio Real, un grupo de manifestantes asaltó al pelotón y ya no se pudo seguir.

Manifestantes propalestinos en Atocha

Manifestantes propalestinos en Atocha

Un final inédito para la Vuelta a España, que ha celebrado este año su 80 edición, y que deja en muy mal lugar a nuestro país a ojos del mundo. El dispositivo policial que se montó para esta última etapa, con 13 policías por cada ciclista, no ha sido suficiente para parar a la masa de radicales de izquierdas que han inundado las calles de Madrid. Violentos, tirando las vallas y atacando a la Policía, hasta que continuar la etapa fue un imposible.

No tendrá, por tanto, Jonas Vingegaard su foto como campeón y desgraciadamente su triunfo ha quedado en segundo lugar. El evento, que se ha retransmitido en 179 países, se ha visto empañado desde que llegó a España por los manifestantes propalestinos. Todos ellos, al igual que Sumar, Podemos y hasta algunos miembros del PSOE, pedían la expulsión del equipo Israel Tech, presente en la ronda por méritos propios y además sin ningún ciclista israelí en esta competición. Daba lo mismo porque era simplemente la excusa y además la organización de la Vuelta no tenía competencias para hacerlo.

Cierto es que estas protestas no son nuevas y ya la temporada pasada se vieron banderas de Palestina durante todas las etapas, pero las manifestaciones fueron pacíficas. Este año se ha visto violencia en cada una de las protestas hasta el punto de que ha estado en peligro la integridad física de los ciclistas, que nada tienen que ver con el conflicto político que se está viviendo en la Franja de Gaza. Es decir, se ha utilizado el deporte para una causa política y además para usar la violencia. Han destrozado la Vuelta.

Sánchez anima a los manifestantes

Sin embargo, la condena a los manifestantes propalestinos no ha sido unánime. Desde el Gobierno de España distintos ministros han alentado a las protestas –al principio los de Sumar– y luego se unieron Pilar Alegría y José Manuel Albares, y este domingo ha sido el propio Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno, en un mitin en Málaga ha animado a las protestas para «solidarizarse con la causa palestina». «Hoy termina la Vuelta a España y vaya por delante nuestro reconocimiento y respeto, pero también nuestra admiración a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas como la de Palestina», aseveró.

Se lo tomaron al pie de la letra los radicales propalestinos e invadieron las calles de Madrid haciendo imposible que siguiera la etapa. Un fin de fiesta estropeado y una Vuelta ciclista a España que ha sido de altísimo nivel, con una preciosa batalla entre Vingegaard y Almeida, pero que se ha visto constantemente perjudicada por los cambios para evitar que los radicales se cargasen todas las etapas. Cortes en Bilbao, una contrarreloj reducida en Valladolid, cambios en la Bola del Mundo y el caos en Madrid.

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