Sergio LLull con el Real Madrid durante la Final-Four de 2017
La Euroliga de baloncesto da el primer paso para llegar a Oriente Próximo y tendrá un equipo de Dubái
Un equipo con sede en Emiratos Árabes Unidos podría sumarse a la competición el año que viene
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La Euroliga de baloncesto ha dado el primer paso para su expansión a Oriente Medio. Los clubes han aprobado el marco económico para la entrada de un equipo de Emiratos Árabes Unidos a partir de la próxima temporada. La decisión definitiva se tomará en el primer trimestre de 2024.
El equipo tendría su sede en Dubái y espera entrar ya la próxima temporada, aunque su inclusión se podría postergar al curso 2025/26. En los próximos meses se producirán las últimas negociaciones y, se espera, la firma definitiva del contrato.
Este club que participará en la Euroliga, de nueva creación, tendrá que ser inscrito a una competición en Europa y, todo apunta, esa será la Liga Adriática, un torneo que juegan equipos de las diferentes repúblicas exyugoslavas (Croacia, Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Eslovenia y Macedonia del Norte).
Hay dos personalidades que han sido fundamentales a la hora de impulsar esta idea y permitir la expansión. Una es Djordje Djokovic, hermano del tenista Novak, que espera convertirse en un alto directivo del club de nueva creación. El otro es Dejan Bodiroga, mítico exjugador serbio y actual presidente de la Euroliga, que espera expandir el mercado hasta Oriente Medio.
Se apunta que la cantidad que estaría dispuesta a desembolsar Emiratos Árabes Unidos por la entrada del equipo en la competición rondaría los 150 millones de euros. También esperan ser sede de, al menos, dos Final-Four en un plazo de aquí a 2030.
En la reunión del pasado lunes 27 de noviembre, los clubes ya han dado el primer paso en firme para que la Euroliga deje de ser sólo un torneo continental para expandirse y poder 'competir' en mejores condiciones ante una NBA que cada vez va ampliando más sus fronteras, buscando expandir el negocio mientras se despersonaliza y se desvirtúa la competición, perdiendo el sentimiento de pertenencia.
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