El Real Madrid se impone con autoridad al ASVEL en la Euroliga y celebra la irrupción de Chuma Okeke

El Real Madrid sumó una nueva victoria en la Euroliga tras imponerse con solvencia al ASVEL Villeurbanne (85-72) en un encuentro donde brilló con luz propia Chuma Okeke. El jugador estadounidense, que ya había dejado destellos prometedores en pretemporada, protagonizó su mejor actuación desde que viste la camiseta blanca: 17 puntos, 5 rebotes y una valoración de 25 en poco más de 22 minutos sobre la pista.

El equipo dirigido por Sergio Scariolo cerraba así una serie de tres partidos consecutivos en el Movistar Arena, un tramo de calendario que ha servido para afianzar automatismos y reforzar la confianza del grupo en el arranque de la temporada. Pese a las ausencias de Usman Garuba, Theo Maledon, Gabriele Procida y la reciente baja de Alberto Abalde, el conjunto madridista volvió a mostrar su superioridad, especialmente en el aspecto físico y defensivo.

El Real Madrid arrancó el encuentro con un planteamiento firme y una puesta en escena dominadora. Su eficacia en los tiros de dos (6 de 7 en el primer cuarto) y el control absoluto del rebote (11-5) le permitieron marcar el ritmo del partido desde el inicio. A los diez minutos, la ventaja de ocho puntos (27-19) parecía incluso corta para el nivel de dominio mostrado, respaldado por un juego coral y diez asistencias en ese primer tramo.

El ASVEL, consciente de su inferioridad en el juego interior, trató de reengancharse acelerando el ritmo y buscando el tiro exterior. Por momentos logró reducir la diferencia, aunque a costa de perder precisión en los lanzamientos. El Madrid, tras un pequeño atasco ofensivo, recuperó el pulso gracias al acierto desde el perímetro: un triple de Campazzo y dos de Llull devolvieron la tranquilidad al conjunto blanco antes del descanso, al que se llegó con once puntos de ventaja.

Durante el tercer cuarto, Okeke continuó siendo la referencia ofensiva, sumando puntos con una mezcla de potencia y elegancia que levantó al público de sus asientos. Cuando el alero estadounidense se sentó, el guion no cambió: el equipo mantuvo su solidez y no permitió que el ASVEL encontrara ritmo ni confianza.

El último cuarto tuvo sello de espectáculo. Sergio Llull, fiel a su espíritu competitivo, encendió la grada con una jugada de fantasía —robo, caño entre las piernas de David Lighty y asistencia para Hezonja— que simbolizó el control total del partido. Poco después, el alemán David Krämer sentenció el duelo con tres triples consecutivos en apenas dos minutos, dejando el marcador definitivo y asegurando un cierre plácido para los de Mateo.

El partido también dejó un momento especial para el joven Gunars Grinvalds, alero letón de 17 años, que debutó en la Euroliga disputando sus primeros segundos con el primer equipo.

La profundidad de plantilla del Real Madrid, capaz de sobreponerse a las bajas sin perder competitividad, y la irrupción de Chuma Okeke como una pieza que puede aportar energía, rebote y puntos en momentos clave de la temporada. El conjunto blanco sigue creciendo sin sobresaltos, con la vista puesta en objetivos mayores y con la sensación de que su techo aún está lejos de alcanzarse.