El Ferrari de Charles Leclerc durante la clasificación en Bakú
Sainz pierde la 'pole' en Bakú por un error en el último giro y saldrá cuarto
Su compañero Leclerc consigue la primera posición en la parrilla por delante de Pérez, que vuelve a superar a Verstappen, tercero. Alonso acaba décimo
Casi conducir un monoplaza es como ir dando botes. Una expresión que quizá nadie se podía haber imaginado cuando se habla de bólidos que casi vuelan. Impresionante el ruido de los bajos de Hamilton sobre el asfalto. No se puede volar y dar botes, o sí: son las turbulencias de la Fórmula 1. Al final de la Q1 hubo un accidente. Bandera roja y de momento fuera de la clasificación Schumacher, Stroll (el accidentado), Latifi, Bottas y Albon.
Verstappen y Pérez, Leclerc y Sainz. Alonso el 11º. En cola para salir al minuto restante. Era como la espera de la apertura en día de rebajas de unos grandes almacenes. Al final Bottas se salvó por Magnussen. Sainz se ponía primero con diez minutos por delante en la Q2. Leclerc por detrás, aunque con aviso de trompito. Alonso aparecía a 344 kilómetros por hora de velocidad máxima.
Pérez volvía al primer lugar y el monegasco superaba al madrileño. Verstappen cuarto. Atención al mexicano que aprieta con seriedad a su compañero. Ocon se quedaba aquí, pero Alonso llegaba el noveno a la tercera tanda. Hamilton sexto. Se podía decidir la pole en las primeras vueltas de la Q3. Y desde luego lo parecía por el ímpetu terrible de los cuatro de cabeza.
Sainz se colocaba primero en el mismo segundo que su compañero. Cinco minutos y al garaje. Llegaba la primera batalla final. Se le vio a Carlos la mirada un segundo con la visera levantada. Cuatro minutos. Alonso noveno. Pérez se atascaba en su box, casi como un camión cuyo conductor no se ha percatado del galibo.
Iban mejorando los Ferrari. Sobre todo Leclerc ahora, que mejoraba a Sainz por cuatro décimas. Había que estar atento a los Red Bull. Verstappen escalaba a la segunda plaza que le quitaba Pérez al límite. Atención a Pérez. Lo perdió todo Sainz en una última vuelta abortada tras entrar pasado y la consiguiente rectificación: al final cuarto con Alonso décimo. Una vez más sin los efectos de las recalcitrantes mejoras de Alpine.
Aunque se le parezca, Bakú no es Mónaco y se puede adelantar. Habrá posibilidades el domingo para todos en una carrera más que interesante.
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