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25 de abril de 2024

Entrenamiento del Real Madrid en Los Ángeles, durante la pretemporada en Estados Unidos

Entrenamiento del Real Madrid en Los Ángeles durante la pretemporada en Estados UnidosEFE

El Real Madrid no se inmuta ante el síndrome de Estocolmo del Barcelona: «Tenemos un gran equipo»

El campeón de Europa está muy tranquilo frente al derroche económico azulgrana, que ha pagado 158 millones por Lewandowski, Raphinha y Koundé en busca de acabar con el reinado blanco

La historia se repite. Las tres Champions conquistadas por el Real Madrid en el trienio 2015-2018 provocó que el Barcelona de Bartomeu tirara la casa por la ventana con tal de hacer frente al dominio madridista en Europa. Ahora es Joan Laporta quien derrocha otro arsenal de dinero para cercenar el imperio blanco tras la conquista de la decimocuarta Copa de Europa, la Liga y la Supercopa de España en la presente temporada.
La casa blanca ni se inmuta ante el síndrome de Estocolmo que sufre el club azulgrana, una ansiedad que evidencia la desesperación por recuperar el sitio perdido y sobre todo por cortar la gran racha del Real Madrid, que comenzó hace dos años con la celebración de una Liga y una Supercopa de España que ahora ha repetido en su palmarés con el broche de oro de una nueva Champions que nadie esperaba, excepto Florentino Pérez y Carlo Ancelotti.

Una plantilla mejor que la campeona

Nada nuevo bajo el sol, reflexionan en Valdebebas al observar cómo su máximo rival ya ha gastado 158 millones de euros en contrataciones y sueña con traer también a Bernardo Silva, Marcos Alonso y Azpilicueta.
«Tenemos un gran equipo», subrayan en el club madrileño, que acaba de vencer a la Juventus en el último encuentro de la gira estadounidense con Benzema como estrella eterna. La final de la Supercopa de Europa la semana que viene es el primer gran examen del campeón continental, que ataca nada menos que seis títulos en este curso.
El análisis de la dirección deportiva es que la actual plantilla de Ancelotti, con la llegada de Rüdiger y Tchouamení, es mejor que el equipo que obtuvo tres títulos este mismo año.
La enorme inversión del Barcelona es la mayor demostración de «las cosas bien hechas» en la casa blanca. Es la reflexión interna que se hace en la empresa del Bernabéu al valorar la reacción de su principal contrincante en el fútbol español.

Bartomeu, un despilfarro

La historia, en efecto, se repite. Josep María Bartomeu se gastó 1.082 millones en 34 futbolistas a lo largo de siete años y la mayoría fueron un sonoro fracaso. Todo ello con tal de impedir el monopolio de Florentino Pérez en Europa, quien festejó cuatro Champions en el período del dirigente barcelonista. Coutinho, Dembélé, Griezmann, Pjanic y Frenkie De Jong costaron la mitad de ese dispendio, 530 millones, y solo el holandés, por el que pagó 75, rindió a un nivel aceptable. Veinticinco de esos treinta y cuatro futbolistas fueron un fiasco y Arturo Vidal fue el enésimo exponente de un fracaso.

Laporta, otra vuelta de tuerca

El adiós de Bartomeu y la llegada de Laporta a la presidencia azulgrana vivió el triste capítulo de la marcha de Messi, cuyo coste de 135 millones anuales era imposible de sostener en La Masía. Laporta se ha encontrado ahora con un triplete de éxitos del Real Madrid e intenta frenar la sangría. Ha gastado 50 millones por Lewandowski, 58 por Raphinha y otros 50 por el central francés del Sevilla. El pago por el goleador polaco puede ascender a 60 millones en bonus.
El presidente Joan Laporta junto al fichaje estrella del verano, Robert Lewandowski

El presidente Joan Laporta junto al fichaje estrella del verano, Robert LewandowskiGTRES

La venta de Coutinho al Aston Villa, por 20 millones, es la única recuperación económica conseguida hasta hoy en la sede blaugrana.

El Real Madrid, 80 millones

El Real Madrid ha contratado a Rüdiger con la carta de libertad y a Tchouamení por 80 millones, que pueden transformarse en 100 al cabo de los años si se cumplen diversas variables. A cambio, Florentino Pérez se ha desprendido de Bale, Marcelo, Isco, Jovic y Borja Mayoral, que ha sido traspasado al Getafe por diez millones de euros. Los sueldos de los otros cuatro futbolistas han reducido en 68 la masa salarial de la plantilla.

Traspasar a Asensio y Ceballos

La dirección deportiva madridista pretende también desprenderse de Asensio, Ceballos y Mariano, traspasados. «Sobran jugadores de ataque, muchos no van a jugar si se quedan», advierten en la casa. El mallorquín acaba contrato dentro de un año y juega con el as de la manga, explotado por el agente Jorge Mendes, de marcharse libre dentro de doce meses. Ha recibido una oferta de renovación a la baja que ha rechazado y es pretendido por el Milan y por la Premier. Su precio es 50 millones. La misma realidad vive Ceballos. En su caso está dispuesto a marcharse, pero el Betis solo ofrece 10 millones y en el Bernabéu desean cobrar un mínimo de 15.

El ritmo lo marcamos nosotros

La postura de la casa blanca ante el dispendio del Barcelona es elocuente: «La confección del plantel la planificamos nosotros según las necesidades de potenciar la calidad del equipo y no nos afecta lo que hagan los demás», señala la institución madridista.
El verano es largo y la entidad mantiene en la recámara la posibilidad de hacer algún fichaje más por si hay lesiones que afecten al nivel del plantel.

Werner y Raúl de Tomás desean venir

Benzema, que no tiene un sustituto claro, es el principal ejemplo de esa vigilancia constante que se realiza con el mercado de adquisiciones abierto durante treinta días más.
Al Real Madrid le han ofrecido ya media docena de delanteros. Timo Werner y Raúl de Tomás desean venir a jugar con Ancelotti. El ariete del Chelsea vendría cedido. El ex madridista regresaría por un precio de 25 millones. Pero la postura del Real Madrid es clara: mientras Mariano continúe en el grupo no se abordará esta opción.
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