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Ancelotti, durante el clásico en el Camp NouEFE

Ancelotti: su continuidad exige hacer la renovación

  • En el Real Madrid no ganar títulos supone el cese del técnico, pero el italiano espera obtener alguno

  • La clave es dar entrada a todos los jóvenes ya, contar con Ceballos, Rodrygo y Tchouamení y atreverse a quitar a los veteranos consagrados

El Real Madrid fue atracado deportivamente en el Camp Nou al permitirse que Gavi siguiera en el partido tras agredir a Ceballos a la hora de juego y al concederse el 2-1 después de la clara falta cometida por Lewandowski sobre Carvajal. El arbitraje de Ricardo de Burgos Bengoechea en el césped y de Soto Grado en el VAR destrozó al campeón de Liga vigente, sin discutir ya el pelo de una gamba por el que se anuló el gol de Asensio, que fue un 1-2 cercenado.
En la casa blanca se piensa que lo que debió ser una victoria y una pelea directa por la Liga se ha convertido en un regalo más hacia el Barcelona, con los mismos colegiados y jefes de árbitros puestos en la diana que dominaron el fútbol español desde 2001 hasta hoy. Dicho esto, en el Bernabéu se hace autocrítica y se considera que si Ancelotti hubiera acertado con la alineación y la estrategia, el Real Madrid habría ganado a pesar de todo el robo deportivo. Y son estas diferencias de posturas las que dejan el futuro del técnico en la sala de máquinas. En la sala de espera.
Hay una norma no escrita que existe desde hace setenta años que dicta que el entrenador del Real Madrid que no gana un título importante no continúa. Carlo se encuentra ahora mismo en esta diatriba. El club madrileño considera que la Liga se le ha robado totalmente, porque solo con los arbitrajes de las últimas tres jornadas el conjunto blanco estaría hoy empatado a puntos con el Barcelona y, sin embargo, está a 12.
En la dirección deportiva se analiza que al cuadro azulgrana se le han regalado esta serie de puntos: dos frente al Getafe al no expulsarse a Dembelé en el minuto 33 con 2-1 en el marcador y el once de Quique encerrando al Barcelona en el Camp Nou; otros dos puntos ante el Valencia por un penalti no señalado; otros dos puntos en San Mamés por anularse un gol al Athletic; y el remate final han sido los seis puntos concedidos al líder actual en el clásico, pues lo que debió ser una victoria blanca se convirtió en una derrota.

Hacer la renovación

Puesta la denuncia en el juzgado metafórico de la Liga y de la Federación, que es la que manda sobre los árbitros, la entidad madridista hace autocrítica. El análisis interno considera que Ancelotti se equivocó en el clásico al alinear a los veteranos consagrados cuatro días después del gran esfuerzo que hicieron frente al Liverpool en el Bernabéu. Porque en la Champions, aunque tengas un 2-5 de ventaja, nadie se fía y la entrega es total.
Llegó el duelo con el Barcelona y la dirección deportiva reflexiona que en vez de inyectar energía, potencia y calidad con Ceballos, Tchouamení y Rodrygo, como apoyos a Camavinga y Valverde, Ancelotti mantuvo a Modric, Kroos y Benzema en un esquema que necesitaba forzar la máquina en el Camp Nou y vencer con un extra de energía y de acierto en el gol. Los tres acusaron el esfuerzo de la Champions y no rindieron a su nivel.

No tener miedo a sentarles

Ese excesivo respeto deportivo que el italiano tiene con los veteranos, a los que le cuesta quitar del once titular, es una cosa que no gusta en la cúpula. Recordemos que cuando el Real Madrid fichó a Carlo Ancelotti por segunda vez le advirtieron que venía para hacer el cambio. La dirección deportiva le explicó que hombres como Vinícius, Valverde, Camavinga, Rodrygo, Tchouaméni y Ceballos debían tener una continuidad y entrar paulatinamente en el once.
Carletto lo ha hecho en diversas fases de la temporada, pero llegada la hora de la verdad ha vuelto a sentar a Ceballos, Tchouaméni y Rodrygo en los últimos dos meses, cuando hacían más falta que nunca, en este maratón de partidos cada tres días que mezcla Liga, Copa y Champions.

Ancelotti junto a Kroos, Modric y BenzemaAFP

La obsesión reverencial del italiano por mantener a las vacas sagradas en el equipo se unía a su tardanza en hacer los cambios y esa situación no ha gustado técnicamente en el seno de la entidad. La institución madridista espera que este temor no se repita en el partido de Copa frente al Barcelona y especialmente en los duelos de Champions frente al Chelsea. Porque hay otra ley no escrita: Modric y Kroos no están para jugar juntos en los grandes partidos que exigen un enorme despliegue físico.

Que juegue quien mejor está

Destacamos esa valoración inicial de la dirección deportiva en la explicación que se le dio a Carlo Ancelotti porque uno de los puntos clave que no gustó de Zidane es que sentó a Valverde inexplicablemente después de darle la titularidad, y cercenó también las virtudes de Vinicius al decirle que no subiera por banda para que jugara en corto con Benzema y dejara pasillo a Mendy. Esta decisión significaba cortar todas las galopadas y el fútbol vertical del brasileño. Era futbolísticamente inadmisible.
Zizou se marchó y llegó Ancelotti con estas cartas bien marcadas. Ahora, puede que gane un título, que celebre dos o que no obtenga ninguno. Y el mensaje que la dirección deportiva le ha dado es el mismo que recibió Zinedine en los momentos difíciles de su etapa, cuando Vinicius le salvó el pescuezo con goles en la primera fase de la Champions y en el Sánchez Pizjuán: que jueguen los que mejor están, que jueguen los mejores, que no jueguen nombres, que aquí lo único importante es ganar.