Ancelotti ya entrena a Brasil
Ancelotti no es que cumpla, es que es el Madrid en el banquillo y fuera. Comandó las últimas conquistas de un equipo de leyenda, el de las cinco Copas de Europa en nueve años, y lidera el cambio con mano sabia
Veamos. En el fútbol, la historia, todo eso, hay dos equipos: Brasil y el Real Madrid. Dos por encima de todos, cada uno en su categoría: selecciones y clubes. Los que más ganaron, los más admirados, todo eso.
Brasil lleva un tiempo huérfano de alegrones. Su último Mundial lo ganó en 2002. Roberto Carlos, Ronaldinho, Rivaldo, Cafú, Denilson… Ronaldo hizo los dos goles a Alemania en la final. El Madrid siguió ganando antes, durante y después de aquel año capicúa. Por ahí si hay diferencia.
Va para 22 años, es normal que pensara en Ancelotti a ver si rompe su racha. El último seleccionador, Tite, quitó a Vinicius con 0-0 ante Croacia juraría que en cuartos en el último campeonato. ¡Cómo para no cambiar!
Pero siempre me costó ver a Carletto aterrizar en Río si el Madrid le proponía quedarse. Por eso, porque ya entrena a Brasil, al Brasil de Madrid. Sólo se embarcaría si el club decidía cambiar de patrón.
Y no lo ha hecho. Bingo. Lógico: Ancelotti no es que cumpla, es que es el Madrid en el banquillo y fuera. Comandó las últimas conquistas de un equipo de leyenda, el de las 5 Copas de Europa en nueve años, y lidera el cambio con mano sabia. Conoce el fútbol de verdad -ahí está su apuesta, el llamado Diamante, última de sus varias aportaciones tácticas en su carrera- y es imbatible como representante del club. Habla en público tres veces por semana. Siempre a la altura del Madrid. Es sin duda el hombre. Además, el gallinero está tranquilo y contento.
El club debería aprovechar el momento de la renovación oficial para proclamar ‘urbi et orbe’ que firmó hasta 2026 y ahí estará gane o pierda. Incluso si empata. Ha hecho cierto callo la maldad de que el entrenador del Madrid permanece en su puesto si gana títulos. Nunca lo entendí, sobre todo este último tiempo. ¿Qué urgencias tiene el Madrid? Cero, ninguna. Hace años las despejó todas. Decir eso supone la maldad de equiparar al Madrid con los demás y no lo es: dense una vuelta por su sala de trofeos.
Me parece formidable que su entrenador haya renovado un 29 de diciembre con todo por decidir. Este curso, digo. El Madrid puede vivir sin ganar como también Brasil, camino del cuarto de siglo sin Mundial y cada cuatro la cosa es si volverá a ganarlo: es la 'grandezza dei giganti' . Sí, hay favoritos, aspirantes, tapados. Y Brasil y el Madrid.
Que seguirá ganando, claro. Unas veces mucho, otras menos y alguna, nada. ¿Y? Lo tiene todo para seguir coleccionando títulos. Tradición, voluntad, economía saneada, una renovación en marcha en el primer equipo, también en el baloncesto: gestión. De la buena, digo. Por eso es de recibo la continuidad de Ancelotti ahora. Que sí, que sí: que el Madrid debe ganar. Ya. Lo tiene por castigo.
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