
Xabi Alonso posa ante dos fotos suyas jugando para Real Madrid y Liverpool
El partido que hizo llorar a Xabi Alonso e impulsó su carrera como entrenador
Tenía entonces 34 años y muchísimos tiros pegados: campeón del Mundo y de Europa con España, dos Champions, varias ligas y copas... Sin embargo, aquel encuentro le marcó. Y diez meses después se retiró
La última vez que lo vieron con una camiseta del Real Madrid (excepción hecha de su paso como entrenador del Infantil A) fue el 22 de agosto de 2014, en el viejo Vicente Calderón. Era la final de la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid. En la ida quedaron empate a un gol y en la vuelta se impuso el equipo de Simeone por 1-0 gracias a un tanto de Mandzukic.
Siete días después de aquello, siete días después de verse titular junto a Kroos, Modric, Cristiano, Bale o James Rodríguez, Xabi Alonso dejaba el Real Madrid en una de las salidas que más ha impactado nunca a la afición blanca: un futbolista querido, vigente campeón de Copa y de La Décima Champions, se marchaba del equipo a muy pocas horas del cierre del mercado de fichajes para firmar por el Bayern Múnich de un tal Pep Guardiola.
Las malas lenguas dijeron que se vio superado por Toni Kroos, que acababa de llegar a Madrid (cosa improbable, pues Ancelotti dijo que su intención era ponerles juntos). Las buenas, que le apetecía honestamente probar otra cultura futbolística y ponerse a las órdenes del antagonista de José Mourinho pensando en un futuro como entrenador. Tras beber del libreto de Rafa Benítez, Ancelotti o el técnico portugués (por no añadir a Luis Aragonés o Vicente del Bosque), jugar para Guardiola suponía completar un álbum de cromos pocas veces visto. Ningún futbolista ha tenido más y mejores maestros que él.
Sin embargo, fue como jugador del Bayern de Múnich cuando Xabi Alonso vivió una de sus noches más tristes como deportista de élite. Fue en su segunda temporada en el equipo alemán y con motivo de unas semifinales de Champions contra el Atlético de Madrid.
En el partido de ida ganaron los rojiblancos por 1-0, abollando el cartel de «favorito» de los alemanes. Heridos en su amor propio, Guardiola preparó el partido de manera obsesiva, como suele, estudiando cada automatismo y cada punto débil del Atlético de Madrid.
A por el récord de Seedorf
No se le dio mal, de hecho muchos consideran aquel partido como el mejor que hizo nunca el Bayern de Guardiola. Sin embargo, la victoria por 2-1 fue insuficiente por el valor premium de los goles fuera de casa, una norma ya extinta. Lo doloroso para Xabi Alonso fue el desarrollo del encuentro. Él marcó, su equipo dominó, se sobrepuso a un penalti fallado por Müller... pero se quedó fuera. Las estadísticas hablaban por sí solas: 68 % de posesión, 34 disparos totales por 7 del Atlético de Madrid, 518 pases por solo 154 de su rival (es decir, menos de dos por minuto)...
Aquello decepcionó profundamente a Xabi Alonso, que guardaba íntimamente la ilusión de ganar una tercera Copa de Europa con tres equipos distintos, algo que solo han conseguido hasta la fecha Clarence Seedorf y Samuel Eto'o, aunque este último con un papel testimonial en una de ellas (la Octava del Real Madrid en el 2000).

Xabi Alonso, en la acción de su gol ante el Atlético
Cuenta el periodista Martí Perarnau en su libro Pep Guardiola. La metamorfosis que Xabi era consciente de que estaba ante «su penúltima oportunidad de llegar a una final de Champions como protagonista del juego». Escribe que tras el partido tardó «muchos minutos hasta enjugarse las lágrimas», lo que no deja de ser llamativo en un futbolista como él, que tenía entonces 34 años y muchísimos tiros pegados: campeón del Mundo y de Europa con España, dos Champions, varias ligas y copas...
Ese día arrastró los pies y la pena por los pasillos del Allianz Arena con una profunda sensación de pérdida. Se abrazó con su madre y su mujer. Saludó a su representante y a su padre, que fue futbolista de la Real Sociedad y el Barcelona, hasta que su hijo le devolvió al presente:
—Vámonos a casa, papá. Es hora de irnos.
Diez meses después de aquella semifinal, Xabi Alonso anunciaba que se retiraba del fútbol.
Nacido para entrenar
Visto en perspectiva, el futuro entrenador del Real Madrid se llevó con ese partido un disgusto grande, pero también alguna de las lecciones que le han aupado a la élite de los banquillos, donde muchos le veían desde hace años:
«Su posición en el césped y su conocimiento del juego es muy alto. Jugó en España, en Inglaterra y en Alemania. Fue entrenado por Guardiola en el Bayern, por mí en el Real Madrid, por Ancelotti, por Benítez en el Liverpool, así que creo que si pones todo esto junto... Creo que Xabi tiene todas las condiciones para ser un muy buen entrenador», vaticinó José Mourinho a finales de 2019 durante la presentación de un videojuego. Y la verdad es que lo clavó.

Xabi Alonso, junto a José Mourinho y Álvaro Arbeloa, en un entrenamiento del Real Madrid
En aquellos días Xabi Alonso llevaba solo unos meses al frente del filial de la Real Sociedad. Hoy, una Liga y una Copa alemana después, el Madrid le espera.