Los ultras del Sevilla amenazan a Del Nido Carrasco con un muñeco ahorcado: «Este será tu final»

El Sevilla FC atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia reciente. A pesar de haber asegurado su permanencia en Primera División, el clima social en torno al club se ha vuelto insostenible. La mañana de este jueves dejó una imagen muy polémica pero que simboliza el nivel de tensión: un muñeco colgado de un puente de la SE-30, con bufanda sevillista al cuello y una pancarta con un mensaje estremecedor: «Junior, este será tu final», en alusión directa al presidente José María del Nido Carrasco.

Aunque la figura fue retirada con rapidez, su impacto fue inmediato. La acción, muy reprochable, ha sido la más violenta hasta la fecha dentro de una serie de protestas que vienen escalando en intensidad. La permanencia matemática en la máxima categoría –lograda gracias a la victoria del Villarreal ante el Leganés– no ha aliviado la tensión. Al contrario: con el descenso ya descartado, buena parte de la afición ha centrado todas sus críticas en el palco.

La hinchada sevillista, una vez que ha pasado el susto de poderse ver en segunda, ya está centrada en tumbar a su directiva y a lo largo de este jueves aparecieron más pancartas en diferentes puntos de la ciudad hispalense, como en la A-49, con mensajes dirigidos a varios altos cargos del club: el vicepresidente José Castro, la familia Carrión, el consejero Guijarro o Carolina Alés, miembro del consejo.

Unas protestas lideradas por Biris Norte, grupo Ultra del equipo de Nervión, que ya ha anunciado que no entrarán este fin de semana al Sánchez-Pizjuán durante la primera parte del duelo ante el Real Madrid y que en la segunda, ya con la grada llena, habrá diferentes protestas para exigir el cese de todo el equipo directivo.

La situación ha obligado a la directiva a replegarse. Las apariciones públicas son casi inexistentes, y algunos dirigentes han denunciado amenazas a través del móvil, incluyendo imágenes de sus propios domicilios. El temor ha llegado al punto de que ni Del Nido Carrasco ni el director deportivo Víctor Orta se desplazaron al estadio en el autobús oficial en el último partido ante Las Palmas. Tampoco han hecho acto de presencia en la Feria de Abril, una cita marcada en el calendario sevillano.

El ambiente lleva semanas caldeado. Tras la reciente derrota en Vigo, varios aficionados se congregaron en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios. Algunos ultras llegaron incluso a tirar abajo una valla con la intención de acceder a las instalaciones, forzando al equipo a pasar la noche dentro del complejo. El club respondió con un comunicado en el que denunció los «actos vandálicos perpetrados por una banda de radicales organizados», dejando claro su rechazo a cualquier forma de violencia.

La tensión alcanzó también al propio Ignacio Navarro, director de Estrategia y Desarrollo del club, quien fue agredido a la salida del Ramón Sánchez-Pizjuán tras la derrota ante el Atlético de Madrid hace unas semanas. En paralelo, la Federación de Peñas Sevillistas 'San Fernando' tomó una decisión drástica: declarar personas 'non gratas' al presidente y al resto del consejo.

A día de hoy, la brecha entre los despachos del Ramón Sánchez-Pizjuán y un sector amplio de la afición parece irreconciliable. El club ha esquivado el drama deportivo del descenso, pero se enfrenta ahora a un desafío aún más complejo: recuperar la paz institucional y reconectar con su hinchada.