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Xabi Alonso, en un partido con el Bayer Leverkusen

Xabi Alonso, en un partido con el Bayer LeverkusenEuropa Press

Xabi Alonso llega con tácticas de Mourinho y cinco posibles fichajes

  • El técnico revolucionará al Real Madrid: quiere llevar la iniciativa y dominar los partidos, no ceder el balón y el campo como ocurría con Ancelotti

El madridismo social, incluso el madridismo oficial, sonríe con ironía al escuchar por parte del antimadridismo sociológico que el objetivo de Xabi Alonso es reducir las distancias con el Barcelona. El Real Madrid se ríe con el sarcasmo de la sabiduría ante un relato azulgrana, colocado con ojos y cara en los medios de comunicación, que busca encumbrar a un Barcelona que ha vuelto a caer en la Champions por undécima vez y que en el campo de fútbol internacional, que es lo que cuenta en el mundo, no es nadie.

Este desvío de la atención interesado, para quitar importancia a la Champions y al Mundial de Clubes, es un déjà vu para el Real Madrid. El barcelonismo introducido en los medios de comunicación solo habla de Ligas y Copas porque es lo único que gana, especialmente desde que pagó a Negreira, vicepresidente de los árbitros españoles, 8,5 millones de euros. En el fútbol europeo es mucho más difícil encontrar Negreiras y el Barcelona suma once años sin levantar una Copa de Europa.

Profesionales del Real Madrid reaccionan ante el mensaje maniqueo del barcelonismo, que sigue sin entender lo que es el club blanco. ¿Que Xabi viene a intentar acercarse al Barcelona? El antimadridismo nunca se entera de nada. Xabi ha sido fichado para ganar, para ganarlo todo. El Real Madrid solo ficha jugadores y entrenadores para ganar. Es su lema desde hace ciento veinte años.

Esta máxima surge desde las entrañas del Real Madrid para dejar muy claro el instinto ganador de una casa que se define por la ambición ilimitada. Alonso ha sido contratado, como lo fueron Mourinho, Zidane y Ancelotti, para triunfar y ser el equipo número uno del mundo. Xabi ha sido llamado para eso. Nada menos que para eso. El Real Madrid no entiende de segundos puestos. Nunca lo entendió. Por eso viene el guipuzcoano. A revolucionar una plantilla que se había acostumbrado demasiado a Carlo Ancelotti a lo largo de cuatro años en los que obtuvo dos Copas de Europa y quince títulos. Era perentoria una renovación del equipo y del juego. Alonso viene a dirigir ese cambio y a ganar con él.

Un entrenador que conoce la idiosincrasia ganadora de la empresa

La cúpula del Real Madrid en primer lugar y la dirección deportiva en segundo término coincidían en la necesidad de dar un giro de 180 grados al equipo, al banquillo y a la plantilla para recuperar el hambre de títulos. La gran mayoría de los futbolistas actuales habían ganado dos Champions, dos Ligas y todos los trofeos internacionales con Ancelotti y conocían bien cómo manejar al técnico. Tenían la barriga llena. Era menester un preparador nuevo que los ponga a todos en alerta y que les deje entrever que aquí nadie tiene el puesto seguro porque los triunfos no se repitieron este año. Y en el Real Madrid ya se sabe que nada más conquistar el éxito se exige el siguiente. Si en la temporada siguiente no hay títulos, aquí no se vive del pasado. Hay que cambiar.

La marca Real Madrid dirige un cambio con un entrenador que conoce bien la idiosincrasia en la casa. Lo más importante para los dirigentes de la empresa es que hacía falta un técnico que modernice el fútbol del equipo, que haga variantes tácticas en los partidos, que realice los cambios pronto y que rote la alineación con un juego más moderno, de presión alta y a un ritmo físico superior. Un entrenador que recupere la esencia del Real Madrid, que mande en los partidos, que domine el balón y el centro del campo, pero no posesiones estáticas sino con un fútbol dinámico y rápido que aproveche el talento de las figuras contratadas, desde Mbappé a Vinicius pasando por Bellingham y Güler.

La revolución exige renovación de plantilla

Viene Alonso a hacer todas estas cosas. Viene para que el Real Madrid vuelva a ganar. Y la institución reconoce que hacen falta fichajes para recuperar el mando internacional del balompié. No se realizaron adquisiciones en la defensa y en el centro del campo durante los últimos años. Las graves lesiones de Carvajal y Militao se añadieron a las despedidas de Kroos y Nacho sin que hubiera refuerzos. Leny Yoro no quiso venir y no se intentó la contratación de otro central. El plantel quedó mermado en la retaguardia y en el centro del campo, porque el adiós de Kroos no tenía sustituto futbolístico.

La llegada de Mbappé y Endrick potenció la delantera y el francés ha conseguido la Bota de Oro y el Pichichi en su primera campaña, pero la estructura del equipo quedó coja desde el principio porque atrás se perdieron muchos mimbres de alto nivel.

La exigencia del Real Madrid queda patente con estos datos que hemos dado. Su gran delantero logra el Pichichi y la Bota de Oro y, sin embargo, el conjunto blanco no gana ni la Liga, ni la Champions. Son hechos que demuestran que para triunfar al más alto nivel debes tener un equipo muy compacto en todas las líneas. Así ha sucedido históricamente en la casa. La temporada anterior es el último ejemplo de esa verdad. Celebró la Champions y la Liga con Kroos, con Nacho y con un rematador puro como Joselu, que también se marchó. El plantel quedó desequilibrado con esas ausencias, agravadas por el cúmulo de lesiones, y el éxito personal de Mbappé no ha sido refrendado por el resto del conjunto.

Cinco incorporaciones

Ahora, la cúpula del club acomete de golpe las contrataciones de Trent Alexander-Arnold, Huijsen y Álvaro Carreras para remodelar toda la defensa y acudir al primer Mundial de Clubes de la historia con el único objetivo de triunfar. Nico Paz puede ser la cuarta novedad en esta magna competición internacional. La asignatura pendiente es conseguir un director de orquesta. Estamos hablando de cinco incorporaciones y cuatro de ellas pueden estar en el torneo de Estados Unidos que comienza dentro de tres semanas y que ofrece 125 millones al vencedor. El Real Madrid ejecuta ahora una reforma que estaba aplazada y que Ancelotti no pudo disfrutar en su último curso. Es la hora de hacerla, ya, con vistas a este inminente Mundial de clubes que se disputará cada cuatro años y que será la competición más importante del mundo.

Se aborda la remodelación del elenco madridista con un entrenador de tácticas e ideas muy modernas y se fichan futbolistas válidos para este balompié de la tercera década del siglo XXI, que como dice Ancelotti no tiene que ver nada con el de hace quince años. El italiano subraya que los cambios en el fútbol son cada vez más rápidos y que ahora todo es diferente cada tres lustros.

El Real Madrid lleva a cabo una revolución general de fútbol, de entrenador, de conceptos tácticos, de estilo y de jugadores. Todo ello con el reto de conseguir el lema que el barcelonismo nunca comprenderá: en el Real Madrid solo vale ganar y no importa el cómo, sino el qué. El qué es ganar. Consíguelo como quieras o como puedas, pero consíguelo. Esta frase la conoce muy bien Xabi Alonso, porque la ha escuchado desde que era futbolista del Real Madrid. No me cuentes tu vida, tráeme resultados. No me cuentes tus problemas, quiero soluciones. Triunfos.

Los 'inputs' de la era Mourinho

Si ustedes se dan cuenta, se repiten los impulsos, los ambientes y las exigencias que el Real Madrid protagonizó cuando fichó a Mourinho hace justamente tres lustros. Había que volver a ganar y se contrató al técnico que derrotó, con el Inter, al Barcelona de Messi. Xabi Alonso fue el general de campo de Mourinho en el césped. El primer gladiador del portugués, junto a Álvaro Arbeloa.

No es coincidencia que Alonso y Arbeloa compartan hoy misiones en el Real Madrid. Los dos tenían personalidad ganadora e intensificaron su ambición con el gen ganador de Mou. Florentino Pérez siempre destaca que Mourinho recuperó la ambición del triunfo que define al Real Madrid.

Hoy, Alonso y Arbeloa, cada uno con su personalidad diferente, ejemplifican esa voluntad férrea en la victoria que compartieron futbolísticamente con Mourinho. Xabi viene para ganar. Es la única exigencia. En el Real Madrid no vale de nada jugar bonito se pierdes. Esa es la diferencia fundamental con el Barcelona. El Real Madrid exige ganar por encima de todo. Alonso lo sabe.

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